Como parte de su exposición del proyecto de Presupuesto 2013 en el Senado, Axel Kicillof realizó un repaso por los distintos intentos de desarrollar la industria local que hubo en la Argentina y advirtió: «El riesgo de una fase de reindustrialización es que se acaben los dólares».
«Cuando se inicia una vigorosa reindustrialización, las importaciones van a crecer muy fuerte. Lo que se le va a acabar a la economía –no al Gobierno– son los dólares que necesitan para la maquinaria», explicó el viceministro de Economía ante el plenario de comisiones.
En ese sentido, Kicillof recordó las teorías del desarrollismo, que llamaban a «cuidar las divisas para que se dirijan a las importaciones fundamentales y así mantener el proceso de industrialización». El mayor riesgo, de acuerdo a esta hipótesis, es que los dólares se «malgasten» en «productos de consumo suntuoso».
«¿Cómo las divisas que necesito para hacer torres de petróleo se van a gastar en que los sectores más pudientes puedan comprar bienes de lujo?», inquirió, en una suerte de explicación de las restricciones para el acceso a las divisas extranjeras. «La convertibilidad era la que generaba un verdadero cepo cambiario porque regalaba dólares«, recordó.
Además, Kicillof señaló que las industrias requieren importaciones para avanzar en la modernización de sus técnicas en la medida en que se produce una sustitución de importaciones. Esa necesidad de ingresar maquinaria extranjera crece en consonancia con el aumento del Producto Bruto Interno. «Si nosotros estamos creciendo a 7,7%, las importaciones tienden a crecer mucho más rápido que eso«, indicó.
«Históricamente, (las importaciones) empezaban a crecer, superaban las exportaciones y sucedía una devaluación involuntaria de la moneda«, recordó, y puso como ejemplo las sucedidas en noviembre de 1955, en octubre de 1958, en abril de 1962 y en septiembre de 1971. «Era siempre lo mismo: se acababan las divisas, devaluaba el Gobierno porque abarataba los pesos y encarecía el dólar. Todas esas importaciones se encarecían en proporción a la devaluación», concluyó al respecto.
El viceministro de Economía también aseguró que el Gobierno seguirá ajustando la «sintonía fina» en la economía para «profundizar el modelo» y lograr la «reindustrialización» porque, aclaró, la «transformación del país no está terminada».
Dijo que el objetivo principal de la administración kirchnerista es «revertir la etapa neoliberal» de los años 90 y «reindustrializar el país», al tiempo que aclaró que no hubo país que lo haya logrado «sin la fuerte presencia del Estado».
«En la Argentina hay en curso un cambio de su estructura económica y productiva, que, por supuesto, lleva un tiempo muy largo, necesita un período muy extenso y ser profundizado», apuntó.
La comisión de Presupuesto y Hacienda, que preside el oficialista Aníbal Fernández, se reúne en el Salón Illia del Palacio del Congreso con la intención de escuchar a los funcionarios nacionales y avanzar en el debate, aunque el oficialismo anticipó que convocará a una reunión para la semana siguiente, por lo que no avanzará en la firma del dictamen.
Se descuenta que el oficialismo no tendrá problemas en aprobar el proyecto, tal como ocurriera en años anteriores con la excepción de 2010, cuando no aceptó modificaciones al proyecto de Presupuesto 2011 y en consecuencia se decidió prorrogar el cálculo de gastos y recursos en vigencia. El proyecto ya fue aprobado en Diputados con el respaldo del oficialismo y sus aliados, con el voto de 142 legisladores, contra 87 negativos de opositores.
El Gobierno elaboró un Presupuesto para 2013 en el que estima un crecimiento del 4,4 por ciento, un dólar oficial promedio de 5,10 y una pauta inflacionaria anual del 10,8 por ciento. Estima también un superávit primario de 55 mil millones de pesos con un saldo comercial positivo de 13.500 millones de dólares y calcula un crecimiento de la recaudación global del 22,7 por ciento.
fuente > infobae.com