La presidente Cristina de Kirchner ratificó que Argentina va a seguir cumpliendo con sus compromisos de deuda, y calificó como «una inequidad absoluta» al fallo del juez neoyorquino Thomas Griesa a favor de fondos buitre y en detrimento del 93 por ciento de los bonistas que aceptaron el proceso de reestructuración.
La jefa del Estado reiteró la voluntad de pago del país al clausurar la 18va Conferencia Industrial que se desarrolló en la localidad de Cardales, donde planteó que la Argentina se convirtió en «el contramodelo de un mundo donde el capital financiero y sus derivados se erigieron en amos y señores y nos quieren castigar».
Al referirse a la demanda de los fondos buitre en los tribunales de Nueva York, la Presidente consideró que «resulta inconcebible» el fallo de primera instancia contra «el país que reestructuró su deuda soberana en un 93 por ciento, y que pagó».
Tras recordar que con la última apertura del canje en 2010 «la Argentina llego al 93 por ciento de aceptación de reestructuración de su deuda soberana», consideró como «una inequidad absoluta» el fallo que no contempla a la mayoría de los bonistas.
«Hemos venido pagando puntualmente desde 2005 sin acceder al mercado de capitales con fondos y recursos propios. Y lo vamos a seguir haciendo porque vamos a hacer honor a nuestros compromisos como corresponde a un país que recuperó la autoestima», afirmó Cristina en un acto que encabezó junto a su par de Brasil, Dilma Rousseff.
Ante un auditorio de funcionarios e industriales nacionales y brasileños, la Presidenta dijo: «parte de esa autoestima es cumplir con nuestros compromisos» a sabiendas de que el país «constituye un contramodelo de las recomendaciones que hacía el Fondo Monetario Internacional».
«Para dar mayor fortaleza, demostrar una mayor voluntad de acuerdo y de pago reabrimos el canje de 2010 para llegar a este 93 por ciento» de aceptación de la reestructuración, y consideró la presentación del lunes que realizó la Argentina ante la Cámara de Apelaciones de Nueva York como «una muestra, mejor aún, de buena voluntad».
El eje central de aquella presentación es que «lo que exige la justicia de primera instancia no es un `pari pasu`, que es igualdad de condiciones en términos legales, sino que se está exigiendo una inequidad absoluta respecto del 93 por ciento que sí acepto», el canje de deuda, enfatizó.
«Hemos sido capaces los argentinos de remontar una cuesta por la cual nadie pagaba dos pesos por nosotros», dijo la presidenta al preguntar «quién podría decir en 2003 que íbamos a reestructurar una deuda si éramos parias en el mundo, que íbamos a reconstruir un sistema financiero solvente, cuando los bancos estaban cerrados y tapiados».
«Nosotros estuvimos en quiebra, y podemos dar fe que con esfuerzo y la reindustrialización del país y el desarrollo del mercado interno se puede salir adelante. Tal vez por eso, constituimos el contramodelo», sentenció.
El 2 de diciembre, la Argentina debe pagar unos 45 millones de dólares correspondientes al Global 2017, un título emitido en 2010.
El siguiente pago se realizará el 15 de diciembre y es el mayor vencimiento del 2012: 3.500 millones de dólares del cupón PBI, y la última obligación serán 617 millones del bono con Descuento.
• Cierre
Cristina y su par brasileña Dilma Rousseff encabezaron el cierre de la conferencia anual de la UIA, que comenzó este martes en el hotel Sofitel, de Los Cardales. Antes de la clausura del evento, las mandatarias se reunieron a solas por espacio de una hora en una habitación del hotel.
Entre los presentes estuvieron los empresarios Eduardo Eurnekian, Jorge Brito, Cristiano Ratazzi, entre otros. También asisten los ministros Carlos Tomada (Trabajo), Julio De Vido (Planificación), y Débora Giorgi (Industria) y los exfuncionarios Alfredo Chiaradía y Miguel Peirano.
En los empresarios causó gran satisfacción la concurrencia de Rousseff al evento organizado por la UIA. Un dato: Dilma decidió no concurrir a la reunión de Unasur el próximo viernes, ni a la asunción del nuevo presidente de México, Enrique Peña Nieto, y sí a esta reunión instaurada por una entidad privada, un gesto que le llama la atención a los propios brasileños. «Esto es una clara muestra de que Brasil quiere consolidar el vínculo con la Argentina», comentaba un importante empresario del vecino país al tiempo que señalaba que su Nación indudablemente es el líder de la región.
En tanto, el martes a la noche el ministro de Planificación, Julio De Vido, y la de Industria,Débora Giogi, cenaron con Fernando Pimentel y otros funcionarios brasileños donde se mezcló el trabajo, una buena comida y música argentina con un bandoneonísta. Si bien no fue un encuentro de trabajo, los problemas bilaterales fueron nuevamente conversados como lo habían hecho Giorgi y Pimentel durante una hora antes de sus presentaciones.
Los temas de mayores dificultades en la relación bilateral se concentran en el nuevo marco automotriz que debe estar concluido para mediados de 2013, donde de alguna manera Brasil, con una actitud diplomática y cordial, sigue dejando como mensaje que sería mejor que Argentina no fabricase automóviles.
Se trata de una vieja postura, casi se diría histórica, donde Brasil siempre quiso que Argentina se concentre en la producción de productos primarios, posición que es sostenida por los poderosos industriales paulista.
En tanto, Argentina, y más aún bajo la gestión de Néstor Kirchner y ahora de su esposa, está dispuesta a defender a ultranza la industrialización. No en vano este martes De Vido insistió con que desde que se instaló el modelo kirchnerista la industria fue el sector más beneficiado; y en este marco demostró que en el plan quinquenal 2015-2018, anunciado semanas atrás con el beneplácitos de los empresarios, se van a invertir $ 680 mil millones en distintas obras de infraestructura, requisito indispensable para que el sector crezca.
Al respecto, los funcionarios argentinos, siempre en un ambiente amable y cordial, que Brasil también se especializó en el desarrollo de productos primarios. Un ejemplo el vecino país desplazó a la Argentina como productor cárnico y avanza como uno de los mayores productores de soja.
Otro de los puntos críticos es el textil, donde Argentina suele imponer trabas a las importaciones. Sin embargo, las rispideces en este punto se suavizan entre ambos países por la fuerte competencia de China. «Es el enemigo común», sostienen.
Ya desde temprano comenzó a llegar todo el personal de presidencia para una jornada que se espera bastante larga para ambas Jefas de Estado. Algunos aventuran que incluso podría haber algún tipo de anuncio que involucre a ambos países.
Finalmente, existe un consenso generalizado que trajo alivio a empresarios brasileños, que es que Argentina tiene la intención de solucionar el problema con los fondos buitre, situación que preocupaba especialmente a la gestión de Rousseff porque si el Gobierno insistía en su postura inflexible de no acatar el fallo de la justicia de EEUU ponía a Brasil en una situación incómoda.
fuente > http://www.ambito.com