La investigación revela que el tabaco es tan nocivo para los hombres como para las mujeres .
GRAN BRETAÑA.- En los años 50, cuando fumar era casi una distinción de clase, decir que había una relación entre el cáncer y el tabaco no era sencillo. Las descalificaciones se multiplicaban y la sospecha de intereses oscuros subestimaba cualquier alerta. Pero Richard Doll se animó. Le prestó los labios a esa frase que nadie quería escuchar e hizo todo lo que pudo para demostrarlo: «Fumar provoca cáncer», dijo, y sus evidencias y estudios marcaron un antes y un después en la lucha contra el tabaquismo y en la epidemiología del cáncer.
Doll, científico británico, cumpliría este domingo, 28 de octubre, 100 años. Murió en 2005 y fue el primero en demostrar que los fumadores tenían un riesgo mucho más alto de desarrollar un cáncer de pulmón, algo que tuvo, al principio, poca resonancia, pero fue ganando eco en la comunidad científica año tras año.
El aniversario de su muerte fue motivo, en todo el mundo, para la difusión de nuevos estudios que confirmen esa frase que cambió el rumbo de la historia. El más destacado se puede leer (un adelanto) en la edición on line de The Lancet, y demuestra los efectos nocivos que el consumo de tabaco tiene a largo plazo en las mujeres. Según sus conclusiones, las mujeres que fuman a lo largo de toda su vida adulta tienen una tasa de mortalidad hasta tres veces superior a la de quienes no prueban el cigarrillo.
Este estudio, realizado en Gran Bretaña y bautizado The Million Women Study , es el primero que analiza de forma sistemática las consecuencias del tabaquismo prolongado. Sus hallazgos revelan que el tabaco es tan nocivo para los hombres como para las mujeres.
La investigación abarcó a más de 1,3 millón de mujeres y, entre la dureza de sus datos, rescata una buena noticia: en las mujeres que dejan de fumar antes de los 40 años, el riesgo añadido de mortalidad se reduce de forma importante. «Abandonar el hábito pronto suma 10 años más de vida», concluyen los autores.
Las voluntarias de este macroestudio, no dirigido especialmente al tabaquismo, fueron reclutadas entre 1996 y 2001, cuando tenían entre 50 y 65 años. El trabajo hizo un seguimiento de las voluntarias durante 12 años, periodo en el que unas 66.000 murieron.
El estudio reveló que la cantidad de cigarrillos está directamente relacionada con el mayor riesgo de mortalidad, pero confirmó que fumar poco igual daña.