Abundan los ganadores de grandes pozos que terminan en la ruina, la desesperación o ambas cosas y la falta de verdaderos amigos
Por ALAN SCHER ZAGIER
COLUMBIA, Misurí, EE.UU. (AP)
Millones de personas se quedaron con las ganas y dos concretaron el sueño de su vida cuando se sorteo el premio de 500 millones de dólares de la lotería Powerball, el segundo más alto de la historia.
Esos superafortunados pensarán seguramente en casas, autos, vacaciones, regalos. Pero quienes ya han pasado por esa experiencia les aconsejan enfriar su entusiasmo y pensar con la cabeza fría.
Los ganadores de grandes pozos de loterías y los asesores financieros sugieren que los ganadores se atengan a un presupuesto, inviertan con prudencia, aprendan a decir que no y estén preparados para perder amigos mientras experimentan vaivenes intensos de alegría, ansiedad, culpa y suspicacia.
“Tuve que adaptarme a esta nueva vida”, confesó Sandra Hayes, de 52 años, ex trabajadora social que dividió un pozo de 224 millones de dólares con una docena de compañeros de trabajo en el 2006 y que después de pagar los impuestos se quedó con más de seis millones. “Tuve que soportar la codicia y la necesidad de la gente que trataba de que les diera dinero. Eso me causó mucha angustia. Es gente a la que uno ama y que de pronto se convierten en vampiros tratando de chuparte la sangre”.
La madre soltera siguió trabajando para el estado de Misurí durante otro mes e inmediatamente usó sus ganancias para pagar 100.000 dólares en préstamos estudiantiles y una hipoteca de 70.000 dólares. Pasó un mes en Hawai y se compró un nuevo Lexus. Pero seis años después todavía compra en tiendas con descuento y vive con un ingreso fijo, aunque por cierto superior a los menos de 500 dólares semanales que le dejaba su empleo.
“Conozco mucha gente que ganó la lotería y hoy está en quiebra”, afirmó. “Si uno no es disciplinado se cae. No importa cuánto dinero tenga”.
Las agencias de lotería se complacen en mostrar a los flamantes ganadores con enormes cheques en la mano en chispeantes conferencias de prensa. Pero abundan los ganadores de grandes pozos que terminan en la ruina, la desesperación o ambas cosas.
Está el caso de un ganador por partida doble de Nueva Jersey que despilfarró su fortuna de 5,4 millones de dólares. Un residente de Virginia Occidental que ganó 315 millones de dólares hace una década, para Navidad, culpó al premio y sus consecuencias de una sobredosis de droga que mató a su hija, su divorcio, cientos de demandas y la falta de verdaderos amigos.
El Fondo Nacional para la Educación Financiera advierte que quienes reciben mucho dinero de golpe —ya sea por la lotería, acuerdo de divorcio, cobro de acciones o herencia— planeen sus futuras necesidades sicológicas a la vez que sus estrategias financieras. La organización sin fin de lucro, con sede en Denver, calcula que hasta el 70% de la gente en esa situación pierde su dinero en unos cuantos años.
“Ser capaz de manejar tus emociones antes de hacer algo por impulso es uno de los principales recaudos”, advirtió el vocero del fondo Paul Golden. “Si nunca has tenido antes la comodidad de una seguridad financiera, si vivías de un sueldo en el siguiente, si nunca manejaste fondos antes, puede resultar confuso. Prevalece esta falsa preocupación de que, no importa lo que hagas, nunca vas a volver a preocuparte por el dinero”.