¿Sabías que los chicos regulan perfectamente la cantidad de alimento que necesitan hasta los 3 años? ¿Cuantas veces viste a una madre/padre/abuelo o tía persiguiendo por la casa a su pequeño con una cuchara de yogurth para que lo termine? ¿Cuál es la conducta a tomar cuando el niño no quiere comer más?
Es importante tener en cuenta que los chicos conservan el “registro de saciedad” hasta los 5 años. Por eso, si el niño percibe que esta satisfecho,y nosotros nos empeñamos en que continúe comiendo, estaremos atentando contra un estado natural que permite regular la cantidad que realmente nuestro cuerpo necesita.
A partir de los 5 años, los chicos consumen lo que tienen en el plato. Se acostumbran a comer lo que se les sirve en el plato y si la cantidad que uno sirve es exagerada, probablemente comerán de mas. Ademas, las señales del medio ambiente impactan fuertemente en nuestras decisiones alimentarias. Pensemos en como se ha incrementado el tamaño de las porciones en los últimos anos: pagando $2 podemos a agrandar la porción de pochoclos, hamburguesas, papas fritas y gaseosas.
Muchas veces los chicos comen en un ámbito desfavorable, con el televisor encendido o con otras distracciones, o en un restaurante con pelotero donde es más importante terminar la comida para ir a jugar, o bien, algún interés que despierte más entusiasmo que el mismo acto de comer. Estos son los distractores con los cuales habitualmente se convive, y son responsables de marcar el final de una comida antes que el niño haya consumido lo que realmente necesita. Por eso es muy importante propiciar un ambiente tranquilo para que el final de la comida no se encuentre teñido por intercurrencias ajenas a la verdadera sensación de saciedad.
Se han realizado investigaciones acerca del impacto del medioambiente en el consumo de distintos productos, llamese publicidades, compañía, recipiente o packaging de un producto. Todo se encuentra en armonía para que el consumo sea mayor.
Por eso la educación alimentaria comienza en casa: establecer un espacio de calma, donde los integrantes de la familia se disponen a compartir la mesa sin televisión (bombardeo de publicidades que seguro no apuntan a “coma mas verduras”) y por supuesto sin Smart phones que distraen a los padres, asi como servir la comida en el plato (no en la fuente) con la cantidad adecuada a cada individuo, son condiciones necesarias para que nada distraiga la atención de los comensales y se tenga un adecuado registro de saciedad, tanto en los adultos como en los chicos y coman lo que realmente necesitan, ni de mas ni de menos.
¿Qué es el registro de saciedad? Es la sensación que percibimos cuando nos damos cuenta que la cantidad de alimento que ingerimos es suficiente y nos permite detener la ingesta. Esta situación se ve favorecida si comemos despacio, y de esta manera “le damos tiempo” a que los nutrientes lleguen al intestino delgado, donde se disparara una señal (CCK) hacia el ”centro de hambre/saciedad” en el cerebro que nos “avisa” que debemos finalizar la comida.
Tenemos que aprender a comer sin pensar que esta sera la ultima vez que comeremos esa rica comida. Por eso es importante estar atentos a lo que comemos para poder “percibir la saciedad” y a su vez respetar la que naturalmente los chicos poseen.