Alrededor de 50 mil argentinos viven del póker. Una radiografía de cómo se juega a este deporte en el país
La Argentina es el segundo país en cantidad de usuarios registrados en PokerStar.com, detrás de Brasil. La variante del póker online es últimamente muy difundida.
Pese a que el término aún sigue generado polémicas, el 29 de abril de 2010 el póker fue declarado «deporte mental» e incluido en la lista de la Asociación Internacional de Deportes Mentales (IMSA). Desde entonces, esta disciplina no ha parado de crecer.
Mucha contribución tuvo Internet en este crecimiento. Por ejemplo, Poker Star.com, creado en 2001, tiene 50 millones de usuarios en el mundo, de los cuales América Latina aporta 7 millones, y 1.250.000 son argentinos.
«Al contrario de lo que se cree, el póquer es el juego ciencia», afirma José «el profe» Litvak, contador, ex juez y uno de los más importantes teóricos de este juego en el país. «No es posible ganar al póquer si no se sabe de matemática, estrategia, psicología, teoría del juego y administración de riesgos», advierte el creador de pensarpoker.com. «Hay que tener pensamiento lógico, como en cualquier trabajo. Pero también aptitudes emocionales y tolerancia a la frustración, ya que se pierde más de lo que se gana», agrega.
«Es posible vivir del póquer», coincide el vocero de un sitio online. «Los jugadores profesionales se dedican al póquer con conductas parecidas a las que tiene cualquier deportista profesional. Estudian el juego, se entrenan físicamente, arman un calendario anual de torneos y buscan sponsors.»
El Texas Hold’eM No Limit es la variante del póquer más estudiada y difundida en el mundo y en la Argentina. En el país hay, en promedio, dos o tres torneos grandes mensuales, que aún se juegan en casinos y que dejan alrededor de $ 160.000 para el ganador (el 28% del pozo total). El buy (la entrada) está entre los 2000 y los 5000 pesos.
Sin embargo, existen también torneos más chicos -tres a cuatro por semana- y «mesas vivas» en todos los casinos, a las que varios profesionales «van de pesca como tiburones en busca de peces».
Los mejores jugadores tienen un baker, un socio inversor que generalmente paga todos los gastos de pasajes, comidas, hoteles e ingresos en los torneos a cambio de un porcentaje -generalmente el 50%- de las ganancias del jugador.
Mucho se juega también en Internet. PokerStar.com, por ejemplo, tiene cada semana un torneo en que reparte, como mínimo, un millón de dólares en premios. Además organiza sus torneos en vivo por todo el mundo, incluso el Latin American Poker Tour, que en 2009 se jugó en Mar del Plata y en 2010 en Rosario. El 13 de marzo arrancará ese desafío en la ciudad chilena de Viña del Mar. Dura cuatro días, en los que los jugadores juegan alrededor de diez horas diarias.
Las diferencias entre el jugador de póquer online y en vivo son grandes. El juego in situ permite socializar y ver los matices psicológicos y corporales de los contrincantes, pero hay que ajustarse al nivel y valor de inscripción del casino. El juego online es más flexible, ya que permite jugar durante cualquier hora y lugar, gratis o por mucho dinero, e incluso, en varios torneos a la vez. Además los jugadores online usan software especializado en cálculo y estadística para mejorar sus posibilidades en las mesas virtuales.
En cuanto a lo tributario, el póquer en la Argentina es una actividad gravada por el impuesto a las ganancias. «Hay que declarar el rédito neto, la diferencia entre lo que invertiste inicialmente y lo que finalmente te llevás», dice Litvak. Claro que todavía se juega en casinos, donde algunos no cobran impuestos. En el juego online hay países donde está regulado (Italia, Francia, España o Alemania) y otros, como en la Argentina, en los que los impuestos sobre las ganancias son responsabilidad del jugador.
Fuente:www.lanacion.com.ar