Juan Cerruti Editor de Economía jcerruti@cronista.com
¿El dólar blue está caro o barato? Si usted le pregunta esto a un economista seguramente le responderá que es necesario calcular el tipo de cambio de equilibrio. Pero la tarea no es sencilla. Desde hace al menos medio siglo los especialistas debaten acerca de este concepto. Y aunque no hay total consenso sobre lo que significa exactamente, en general se acepta que se trata del valor que mantiene la balanza de pagos sin grandes desequilibrios, de manera tal de no generar tensiones macroeconómicas en el país. Sucede que una nación no puede vivir eternamente con déficit de balanza de pagos (porque ello equivaldría a una sangría de reservas del Banco Central). Y tampoco con superávit demasiados amplios (porque implicaría una emisión de dinero que alentaría excesivamente la inflación).
En este contexto, el tipo de cambio de equilibrio debería ser ese valor al cual se tiende naturalmente a mediano y largo plazo, a partir de la ley de la oferta y demanda de divisas. Y en ausencia de intervención del Estado.
Este punto es clave, porque un gobierno con suficiente capacidad de intervención, puede mantener artificialmente la paridad cambiaria por arriba o por debajo de su nivel natural por un período de tiempo prolongado.
La pregunta del millón es, entonces, ¿cuál es hoy el tipo de cambio de equilibrio de la Argentina? Dicho de otra forma: ¿qué valor tomaría el dólar en ausencia de controles cambiarios? Para responder a ello se requiere analizar el tipo de cambio real (TCR), uno de los indicadores que se suelen utilizar para medir la competitividad de un país. Es decir, el tipo de cambio nominal (el de las pizarras de las casas de cambio) descontada la inflación local y la del país con el que se compara. Sin embargo, existe una medida más amplia de la competitividad de un país: el tipo de cambio real multilateral (TCRM), una combinación ponderada de los TCR bilaterales con los principales socios comerciales.
Análisis
Según un análisis que realizó el Estudio Broda, hasta noviembre pasado el TCRM estaba a 1,47; con una apreciación real del peso del 56% frente al valor promedio del período 2003-2007. El hecho de tomar este último quinquenio para la comparación no es antojadizo. Responde al período en el cual la balanza de pagos de la Argentina tuvo amplios superávits (se acumularon reservas en el Central) y por lo tanto sería asimilable a un tipo de cambio de equilibrio. O al menos no apreciado. El valor del dólar que hoy devolvería el TCRM a los niveles del período 2003-2007 es de $ 7,47. Un nivel inclusive algo superior a lo que cotiza actualmente el dólar blue (ayer cerró a $ 7,25).
Otra vía posible para determinar si el dólar paralelo está caro o barato es un estudio que realizó la consultora Federico Muñoz & Asociados. La conclusión de este análisis es que el TCR bilateral con EE.UU. tocó en diciembre del año pasado un valor de 1,31 si te toma en cuenta el blue. Ese nivel es el mismo que tenía la Argentina en 2008, antes de que se agudizaran los desequilibrios macroeconómicos. Por lo que un valor superior a $ 7,20 para el dólar y la brecha de casi 50% entre el tipo de cambio oficial y paralelo no lucen tan descabellados frente al promedio de los últimos 10 años.
Ello, claro, no implica reclamar una devaluación del tipo de cambio nominal. En el actual contexto, con una inflación superior al 25%, implicaría un juego de suma cero. Primero se debe atacar el alza de precios, la causa original de la apreciación del tipo de cambio.
Tercer indicador
Un tercer indicador alternativo para medir si una moneda está depreciada o apreciada es el Índice Big Mac que elabora la revista británica The Economist. Este indicador se basa en la teoría de la paridad del poder adquisitivo, que postula que al comparar un bien homogéneo en distintos países, en aquellos en los que el costo del Big Mac (medido en dólares) es muy alto ostentarían una moneda sobrevaluada. Por el contrario, si el costo del Big Mac es relativamente bajo, su moneda estaría depreciada.
En el caso de la Argentina, el Big Mac era en 2004 (plena época del tipo de cambio competitivo) uno de los más baratos de la muestra. Pero con el correr de los años, y por cortesía de una fuerte inflación en dólares, el costo del Big Mac fue escalando en el ranking global, hasta convertirse en 2012 en el sexto más caro de la muestra.
Encarecimiento
Este encarecimiento oculta un agravante: consciente de la difusión masiva del Índice a escala global -y tenaz en su lucha por ocultar todas las referencias de la inflación- el Gobierno obligó a Mc Donalds a poner un precio para el Big Mac muy inferior al de otras hamburguesas de la cadena. Si, por caso, tomamos el costo del Cuarto de Libra (que, en el resto del mundo, suele valer lo mismo que el Big Mac), la hamburguesa argentina se convertiría en la más cara de la muestra, señal inequívoca del atraso cambiario.
En este escenario, y pese a la evidencia a favor de la apreciación del tipo de cambio, el Gobierno optó una vez más por atacar la consecuencia y no la causa. Impuso el cepo cambiario y dejó intacta la raíz del problema: un quinquenio acumulado de inflación por arriba del 20%.
COTIZACION DEL DOLAR EN ARGENTINA
COMO DETECTAR DOLARES FALSOS – Sitios Argentina