La construcción costará una fortuna y permanecerá abierto sólo cuando haya actividad, para evitar el deterioro del campo de juego.
Qatar ya está pensado en el primer Mundial que organizará, en 2022. El ejemplo es el Rock Stadium, una estadio futurista que tendrá un costo de 1.000.000.000 millones de dólares, albergará a 30.000 espectadores, y comenzará a construirse en el primer trimestre de 2013.
El novedoso estadio estará bajo las arenas del desierto para evitar el deterioro del terreno de juego por las temperaturas extremas y, también, por las tormentas de arena. Por ello, el coloso tendrá una cubierta retractil que ante las inclemencias metereológicas puede cerrarse de forma casi inmediata. De hecho, sólo permanecerá abierto cuando haya actividad.