En Mar del Plata la demanda de alquileres cubrió el 60 por ciento de los cupos y se vendió la mitad de entradas en los teatros que el mismo período de 2012; en Pinamar, la ocupación alcanzó el 70% y, en Uruguay, los argentinos fueron un 7,4% menos
MAR DEL PLATA, PINAMAR Y PUNTA DEL ESTE.- La temporada es rara. Cambio de hábitos en cuanto a los destinos elegidos o fragmentación del tiempo de descanso de los argentinos , lo cierto es que los lugares tradicionales tuvieron una primera quincena de enero bastante «incompleta» respecto del nivel de ocupación y tránsito de visitantes.
En Mar del Plata, la cuota de sol apenas asomó ayer a media tarde, después de una mañana gris. Los pasillos de los balnearios casi sin huellas sobre la arena y en sus restaurantes apenas un puñado de mesas ocupadas. Tiempo inestable, merma de turistas, estadías cada vez más cortas y un nivel de consumo en picada pintan de preocupación al verano marplatense . La primera quincena cierra hoy con apenas 60% de casas y departamentos alquilados y hotelería con cifras también en baja, una caída por encima del 20% en el gasto per cápita y un rubro como el de los espectáculos teatrales que con mucho esfuerzo supera la mitad de los boletos cortados en igual período del año anterior.
«No tenemos el número exacto a la fecha, pero se puede asegurar que la actividad cayó más de un 40% con respecto a esta misma fecha de 2012», dijo a LA NACION el empresario Carlos Rottemberg, propietario de siete salas y presidente de la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (Aadet).
Ni siquiera el último fin de semana, que registró un importante arribo de visitantes, alcanzó para componer un inicio de temporada que es de los más críticos en los últimos tiempos. El del año pasado tuvo como sostén un diciembre fortalecido y casi histórico por los niveles de ocupación logrados primero con un fin de semana largo en inicio de mes y un cierre potenciado por las fiestas de fin de año y el Rally Dakar. Nada que ver con el diciembre último. Salvo los fines de semana largos de Navidad y Año Nuevo, el resto aportó poco y nada.
Ahora las expectativas están puestas en lo que pueda deparar la segunda mitad de enero, que, por historia, tiene mayor demanda y, de hecho, hay buen volumen de reservas. «Como están dadas las cosas, si terminamos con un 20% abajo del año pasado sería maravilloso», dijo Rottemberg, uno de los más fieles defensores de Mar del Plata como destino .
Dueños de inmobiliarias y propietarios de casas y departamentos se quejan por igual. Según la puerta que se golpee, hablan de 30 y hasta 60% menos de ocupación. «Acordamos subas del 20 a 25%, a tono con la inflación, pero muchos contratos se cerraron al mismo precio del año anterior», aseguró a LA NACION un destacado referente del sector.
Pinamar tampoco vivió su mejor temporada : la ocupación rondó el 70 por ciento de la capacidad de la ciudad, según explican los operadores turísticos, muy por debajo de las expectativas que se habían creado con el cepo al dólar. Según los empresarios hoteleros, los fines de semana, los picos alcanzaron el 75%, mientras que sólo el 70% de las casas se alquilaron, según estimaron a LA NACION distintas inmobiliarias consultadas.
Para la próxima quincena, el mejor momento de la temporada en este balneario, se espera un repunte. «Vamos a llegar al 85% de ocupación», se entusiasma Alfredo Baldini, el secretario de turismo de Pinamar. Habrá que ver si los pronósticos se cumplen.
En Punta, todo tarjeta
«¿Se puede pagar con tarjeta?», es la pregunta que la mayoría de los argentinos hizo esta primera quincena en Punta del Este. Pese al recargo del 15% por hacer una compra en el exterior, ya es vox pópuli que el plástico se volvió la mejor forma de pago.
Es que si a algo tuvieron que enfrentarse este verano los argentinos es a un tipo de cambio desfavorable. El peso se acepta en la gran mayoría de los comercios, pero a 2,50 uruguayos por cada peso, apenas unos centavos más arriba que la cotización oficial. En definitiva, los argentinos necesitan aquí entre 7,50 y 7,90 pesos argentinos -según el cambio- para completar un pago de un dólar. ¿Y la cantidad de argentinos? Según datos de la Dirección Nacional de Migración uruguaya, en diciembre ingresaron un 7,4 por ciento menos que en el mismo período de 2011. «Hasta el 8 de enero, la temporada estuvo bastante bien, muy parecida a la del año pasado. Pero del 8 al 15 bajó un 20% la presencia de argentinos en comparación con la temporada anterior. La que se está quedando en Punta del Este es la gente de alto poder adquisitivo», opinó Alejandro De Luca, de Antonio Mieres Propiedades.
«La gran incógnita ahora es febrero -dijo Patricia Gancedo, de la inmobiliaria que lleva su nombre-. Para esa época nuestros clientes suelen ser matrimonios jóvenes con hijos chicos. Pero con todo lo que pasa con el dólar y el peso la preguntan es si tendrán la capacidad monetaria para venirse.».