Lo hacen con tarjeta al valor oficial y Uruguay reintegra en el acto el 22% del IVA. Incluso si se considera el recargo del 15%, que se puede descontar, surge un dólar de $ 4,48
Un matrimonio llega con sus dos hijos a cenar a un conocido restaurante de Punta del Este que acepta tarjeta de crédito, condición sine qua non para salir a comer afuera. Una vez instalados, echan un vistazo en busca de conocidos. Luego de los saludos de rigor, disparan: ¿van a pagar con tarjeta?
Es parte de los nuevos rituales y costumbres que engendró el cepo, producto de cotizaciones múltiples y recargos y descuentos varios que vinieron de la mano de las restricciones cambiarias. Si los amigos pensaban pagar en efectivo, la familia se ofrece a abonar con el plástico para poder hacerse de pesos uruguayos a buen precio.
Los más arrojados se atreven incluso a abordar a comensales desconocidos. En especial, brasileños, europeos o estadounidenses, para quienes es lo mismo pagar cash. Cuando alguien pone billetes sobre la mesa en vez de apoyar la tarjeta, se enciende el alerta. Y como si se tratara de un boliche a la hora de los lentos, es el momento de encaran y pedir hacer el famoso tarjetazo.
Es que, de ese modo, es posible hacerse de dólares a $ 3,90, lo que se traduce en un 55% menos que en el mercado paralelo en la Argentina, donde ayer la divisa cerró en $ 7,04. Si el turista viajó con pesos argentinos al balneario esteño, ahí el arbitraje por dólares es de $ 7,40, con lo cual con el tarjetazo se estaría ahorrando prácticamente la mitad de la plata.
¿Cómo se llega a esta cotización? El dólar tarjeta cuesta hoy $ 5 más el 15% de recargo, que luego la familia podrá deducir tanto por ganancias como por bienes personales, así que ese porcentaje queda descontado. Pero lo más importante es que el gobierno uruguayo les reintegra en el acto el 22% del IVA a los pagos realizados por no residentes con trajetas de débito y de crédito emitidas en el exterior hasta el 30 de marzo próximo. La ley rige para todos los servicios gastronómicos cuando sean prestados por restaurantes, bares, cantinas, confiterías, salones de té, hoteles, moteles, apart hoteles, hosterías, estancias, hoteles de campo, granjas, posadas, casas de campo y camping hostels.
Por lo tanto, aún si la persona no quiere o no puede deducir ese 15% de recargo, igualmente estará pagando un dólar de $ 4,48, lo que representa todavía un 11% menos que el tan codiciado como difícil de conseguir dólar oficial, que cerró ayer en $ 4,94.
Hermes Cuello, integrante del consejo directivo de la Asociación de Hoteles y Restaurantes de Uruguay y gerente general del Hotel Fasano indicó a El Cronista que la tarjeta se convirtió en moneda corriente, al punto que hoy el 95% de la gente está pagando los servicios gastronómicos con plástico. Son muy pocos los que usan efectivo, ya que las personas se sienten beneficiadas económicamente por la utilización de la tarjeta.
De esta manera, cenar en un hotel cinco estrellas como el Conrad esteño sale u$s 55 (el equivalente a $ 214,50 tarjeteando), más barato que los $ 220 que cuesta el menú en La Bourgogne, el restaurante del Costa Galana marplatense.
Fuente >http://www.cronista.com