El joven fue atacado por un compañero con una trincheta en la escuela cuando salía de clase. Deberá pagar unos 30 mil pesos.
La Justicia marplatense ordenó el gobierno de la provincia de Buenos Aires a indemnizar a la familia de un alumno que resultó herido con una trincheta en una pelea con otro adolescente cuando salían de una clase.
La decisión fue tomada por la Cámara en lo Civil y Comercial Federal de Mar del Plata, debido a que «el hecho se produjo a la salida de la clase de química en ocasión en que los alumnos del EGB cursaban en contraturno en la Escuela de Educación Técnica número 4, es decir, ocurrió dentro de las instalaciones del colegio demandado y bajo el control de la autoridad educativa».
«Lejos de encuadrar en el concepto de caso fortuito, constituye un supuesto de daño causado por un alumno menor de edad del establecimiento mientras se hallaba bajo el control de la autoridad educativa, a otro alumno en idénticas condiciones, supuesto que sin lugar a dudas queda contemplado», argumentaron los magistrados.
La condena contra el gobierno bonaerense rondó los 30 mil pesos, más intereses a contar desde el momento en que se produjeron los hechos, el 15 de mayo de 2000.
Para los jueces, «resulta absolutamente previsible que un niño o adolescente cometa un acto de indisciplina mientras éste se encuentra sujeto a la autoridad escolar y sus acciones no son ajenas o extrañas al establecimiento que lo tiene bajo su cuidado».
«No es un hecho ajeno al comportamiento de educando como pretende la accionada y por eso la ley responsabiliza a la institución, se suma a lo expuesto, que el elemento cortante es una herramienta de uso escolar», indicaron.
El fallo destaca que «desde hace bastante tiempo ha operado un cambio radical en la dinámica escolar; esto no puede resultarnos indiferente. El proceso de enseñanza ha pasado ahora a desenvolverse en circunstancias donde la escuela es espacio de contención social. Por ello, masividad, inconducta, hechos de violencia y escaso acompañamiento familiar son datos devenidos en nuevas miradas de la vida escolar de los menores que presuponen distintas formas de prevención».
Según se desprende de la sentencia, el herido fue quien inició la agresión y el agresor «ante la amenaza cierta y específica de quien además, ya cuenta con registros de pendencias anteriores y que resulta ser mayor en porte y edad, atina a defenderse con una herramienta de uso escolar que no llevó premeditadamente. Sólo reaccionó después de recibir un cabezazo en la cara».