El ser humano recibe poco más de 2 mil sieverts de fuentes naturales cada año, como lo es el radón. Una muerte prematura puede ocasionarse cuando la radiación se encuentra en dos sieverts y la muerte inmediata con un nivel de seis sieverts.
Devair Ferreira, en 1987, compró una pieza que emitía un brillo azul en la oscuridad. La colocó en su comedor e invitó a unos amigos y parientes. Todos tocaron el polvo que este objeto contenía, el cual resultó ser sal de cloruro de cesio. Este aparato de alta radiactividad era utilizado para tratar a pacientes con cáncer. En un mes, la mujer de Ferreira, su sobrina de seis años y dos de sus empleados habían muerto. En total se contaminaron 249 personas. A pesar de haber recibido siete sierverts, Ferreira sobrevivió y murió hasta 1994 a causa de una cirrosis provocada por el alcohol.