Desde el fallo de Griesa hasta hoy los bonos argentinos perdieron muy poco. Las opiniones de los analistas están divididas. Un fallo contrario al juez neoyorquino desataría fuertes subas en los títulos.
Los bonos argentinos enfrentan una semana crucial por la batalla judicial que lleva el Gobierno nacional ante los fondos buitres. La Cámara de Apelaciones del Segundo Circuito de Nueva York decidirá este 27 de febrero que efecto real tendrá el fallo que a fines del año pasado tomó el juez neoyorquino Thomas Griesa, en el que pidió pagar a los bonistas que no entraron en el canje –apenas un 8%- y amenazó con embargar los fondos argentinos depositados en bancos de Estados Unidos.
Sin dudas los bonos argentinos bajo legislación americana –el denominado TPVY y el Global 17- son los dos que sentirán el cimbronazo más fuerte –hacia arriba o hacia abajo- sea cual fuera el resultado del fallo.
Pero el comportamiento desde que la Justicia norteamericana frenara el fallo de Griesa del 22 de noviembre pasado –el 29 de ese mismo mes- desató de entrada una fuerte caída de los bonos argentinos en general, que luego entraron en una etapa de amesetamiento e iniciaron el año con una leve pero sostenida recuperación que los deja hoy en niveles que no superan el 7% por debajo de la cotización que tenían antes del fallo de Griesa.
«En ese momento era muy sensible la situación de los cupones vinculados al crecimiento del PBI cuyo vencimiento operaba el día 15 de diciembre y que pagaban una elevada cantidad en concepto de renta correspondiente al crecimiento de 2011. Cuando se conoció la noticia de la postergación del fallo, en esa rueda los cupones en dólares emitidos bajo ley estadounidense subieron en un solo día 22%», explicó Omar Russo, analista de mercados de PatacoNet.
Para tener un parámetro de comparación, el Boden 2015 (RO15) uno de los bonos en dólares con más liquidez también subió, pero sólo 5.5 por ciento.
Considerando que el dólar «negro» cotizaba a fines de noviembre de 2012 en 6.40; el Boden 2015 pasó de US$543,10 el 28 de noviembre a US$580,50 el 30 de noviembre; es decir subió 6,9% en dos días y quedó a un valor de US$ 90,70 (dólar «negro»).
Hoy el Boden 2015 se opera cerca de 685.00 con un dólar «negro» a $7,70 daría una cotización aproximada de US$88,95. Apenas una baja de 2% en menos de 60 días.
El cupón PBI es mucho más volátil. El cupón en dólares del PBI (TVPY) cotizaba el 30 de noviembre en unos U$S 13.00. A eso si se le deduce la renta que pagó el 15 de diciembre de US$6,25, su valor quedaría en US$ 6,75.
Hoy cotiza alrededor de $44; que a un dólar de $7,7 equivaldría a unos US$ 5.70. Esta baja es más dada por el efecto de que no se pague en 2014 porque no se llegue a la meta de crecimiento del PBI que por efecto Griesa.
En cuanto a lo judicial, en su fallo Griesa involucró al Bank ok New York para suspender los pagos. De quedar firme el fallo, podría darse el escenario de un «default técnico», es decir, que Argentina gire los fondos al Bank of NY para hacer frente a sus compromisos, pero que el banco se vea impedido de pagarle a los tenedores de bonos porque la justicia se lo impide.
Un default técnico impactaría negativamente no sólo en los bonos que están bajo legislación americana, sino en todos los bonos argentinos. Así como un fallo adverso a los buitres dispararía a la suba a todos los títulos argentinos.
El gobierno argentino buscó con su presentación judicial una victoria completa sobre los fondos buitres y el fallo de Griesa, para considerar la posibilidad de lanzar un tercer canje en iguales términos que el de 2010, es decir, con las quitas allí contenidas, sin incluir ninguna posibilidad de pago escalonado ni parcial (lo que se dice en el mercado como pari passu a cuenta), ni tampoco una oferta explícita de un nuevo canje en esta instancia.
Escenarios
Los analistas del mercado confiaron a minutouno.com que las especulaciones de los operadores están divididas, ante escenarios que pueden ser: un fallo que signifique una victoria completa sobre Griesa, rechazando el pedido de afrontar el pago por U$$1.400 millones de bonistas estadounidenses; o el resultado contrario, avalando la posición de Griesa, que podría dejar a la Argentina en una virtual situación de «default técnico».
«Hasta el momento pareciera haber cierto consenso respecto de que el fallo podría ser favorable a la Argentina. Pero a medida que se acerca la fecha pareciera que cierta inseguridad en los inversores les hace tener un comportamiento más cauteloso respecto de los títulos que tienen jurisdicción extranjera», dijo Russo.
Desde una las operadoras más tradicionales de la city porteña explicaron también que los bonos argentinos no sólo se sostienen mirando el fallo en Nueva York. «Tienen un grado de autonomía derivado de la necesidad de inversión en un escenario muy pesificado. Los que tienen 100.000 pesos o más y no son grandes jugadores le escapan a inversiones más tradicionales -como la inmobiliaria- y buscan en los títulos un refugio con ganancias y que tiene un potencial de crecimiento enorme ante un fallo favorable al país, que muchos descuentan».
En cuanto a los cupones del PBI en particular, pagarán sólo si en este año 2013 el crecimiento de la economía superará el umbral de 3,3 por ciento.
Algunos análisis indican como poco probable alcanzar este objetivo, por lo tanto quienes no quieran esperar hasta 2015 para tal vez cobrar –si en 2014 sí se alcanza el objetivo- se desprenden de estos instrumentos para comprar bonos muy cortos como el Boden 2013 (RA13) o el Bonar VII (AS13) que entregan los dólares este mismo año.
No obstante algunos siguen prefiriendo también el Boden 2015 (RO15), el Bonar X (AA17) y el Global 2017 (GJ17) que vencen en plazos que también pueden considerarse cortos.
«El Boden 2015 es por lejos el más líquido, y su cotización prácticamente no ha sido afectada por el tema Griesa. Hoy los inversores están expectantes ante la posibilidad de entrar en bonos que evolucionarían a la suba ante un fallo favorable. Sin embargo, pareciera que la confianza respecto de un fallo ampliamente favorable ha decrecido en las últimas semanas», agregó Russo.
Un fallo contrario a la presentación argentina podría disparar reclamos por más de US$20.000 millones de bonos en default en distintas jurisdicciones, como Italia, Alemania, Suiza y Japón.
Más allá del fallo de Cámara, Argentina pidió una nueva audiencia para el 31 de marzo en la que el Gobierno pueda presentar argumentos ampliados.
Esteban Pérez Fernández
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