El estadounidense Matt Gone, también conocido como «hombre-ajedrez», tiene tatuado su cuerpo al 99 por ciento, genitales y lengua incluidos.
En su caso, sin embargo, los tatuajes no son un simple capricho.
Empezó a 14 años para disimular los estragos del síndrome de Poland, que le afecta al desarrollo muscular desde su nacimiento.
Sus padres murieron cuando era un niño, sufre dolores casi todo el tiempo y depende de las donaciones.
Matt Gone tiene asumido que tendrá que retirarse antes y que vivirá «menos de lo normal» debido a sus «defectos de nacimiento». En su página web cuenta que ha servido como lienzo a ochenta artistas, aunque entre todos no han podido completar la obra; hasta cuatro veces ha intentado inyectarse tinta en las palmas de las manos y las plantas de los pies, pero esta es expulsada una y otra vez. Su mayor «logro» fue decorar sus ojos.
El síndrome de Poland es una enfermedad de las que podrían gustar al doctor House casi tanto como el lupus. En el caso de Matt Gone, le ha causado problemas de desarrollo en su pectoral izquierdo, los bíceps inferiores y un rinón. Él empezó a tatuarse precisamente para cubrir algunas partes de su cuerpo afectadas por este síndrome, que según la Wikipedia afecta a uno de cada 30.000 nacidos vivos.
En el diario Últimas noticias cuentan que después de pasar su niñez entre orfanatos y centros de salud, los tatuajes son una forma de mantener la autoestima. «Cuando estoy en el hospital y me están quitando mi orgullo y humanidad, todavía tengo mis tatuajes y todavía me amo (…) ellos ocultan la pérdida de los músculos de mi pecho y brazo».
Matt Gone parece un imán para la mala suerte, por otro lado. Durante 20 años trabajó como chef en la ciudad de Nueva Orleans, donde se convirtió en una referencia culinaria… hasta que en 2005 sufrió los azotes del huracán Katrina. Ahora se pasea por el mundo (estos días participa en participa en la Expo Tattoo Venezuela 2013), donde asiste a toda clase de encuentros de arte corporal con la misión de dar a conocer su enfermedad. «Utilizo mis tatuajes para transmitir el mensaje de mi rara condición. Aproximadamente hay 20.000 personas en Venezuela con el mismo problema de nacimiento y muchos médicos no pueden identificarlo. Aquí podrán escucharlo gracias a mí y luego podrá ser diagnosticados».