Jorge Bergoglio pasó a llamarse Francisco I, cuando fue elegido como sucesor de Benedicto XVI para ocupar el cargo de Sumo Pontífice de la Iglesia.
Entre sus años de trayectoria, el cardenal criticó la pobreza y calificó de «injusticia” el hecho de que haya tanta gente a la que “le falte el trabajo y el pan”.
«Cuánta gente, cada día más, duerme en la calle, en plena Plaza de Mayo, pleno corazón de esta Ciudad, pero para este mundo cruel, que no mira los rostros, son material de descarte», pronunció.
Este mismo año, Bergoglio reconoció “errores y pecados” de la Iglesia y llamó a producir «un cambio» en la sociedad, la cual, dijo, afronta «realidades destructoras» como «la droga, la corrupción y la trata de personas».
Por otra parte, Francesco I se manifestó en contra del matrimonio igualitario cuando el Congreso votaba la aprobación de la ley, y lo calificó como parte de un plan del diablo.
«No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios», dijo en una carta de repudio dirigida a los cuatro monasterios de Buenos Aires.
En el mismo sentido, afirmó que “se trata de una movida del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios».
De igual manera, el nuevo Sumo Pontífice expresó en reiteradas ocasiones su rechazo al aborto al subrayar que con esa decisión se “ignoran los derechos de los niños por nacer».
“Una vez más se avanza deliberadamente en limitar y eliminar el valor supremo de la vida e ignorar los derechos de los niños por nacer. El aborto nunca es una solución. Debemos escuchar, acompañar y comprender desde nuestro lugar a fin de salvar las dos vidas”, señaló.