Al compás del himno nacional, el ataúd marrón con los restos del fallecido presidente de Venezuela cubierto con la bandera del país recorría este miércoles las calles de Caracas camino a la sede de la Academia Militar, donde el líder socialista recibirá los honores póstumos. Mientras tanto, el mundo se mantiene expectante a lo que ocurra en esa capital, sumida en una profunda incertidumbre sobre el futuro político y adonde arribaron varios mandatarios de la región, entre ellos Cristina Kirchner y «Pepe» Mujica
Al compás del himno nacional, el ataúd marrón con los restos del presidente Hugo Chávez, cubierto con la bandera de Venezuela, recorría este miércoles las calles de Caracas en el último acto multitudinario del dirigente, cuya desaparición física sumió al país caribeño en una profunda incertidumbre política.
Las autoridades venezolanas dijeron que el cortejo, al que asistían decenas de miles de personas, recorrerá varias cuadras del centro y oeste de la ciudad para llegar a la sede de la Academia Militar, en el Ministerio de la Defensa, donde el mandatario recibirá los honores póstumos.
Antes de salir del hospital militar de Caracas, donde Chávez falleció el martes a los 58 años como consecuencia de un cáncer, se rindió honores al líder socialista y un sacerdote oró por su «eterno descanso».
La madre de Chávez, Elena Frías de Chávez, salió junto al ataúd vestida de negro y secándose las lágrimas con un pañuelo blanco. Una de sus tres hijas, María Gabriela, también fue vista llorando a las puertas del hospital. Pero tras salir del centro de salud, eran ministros y gente común los que acompañaban el féretro, sin que se pudiera ver cerca a los parientes del mandatario.
«Chávez al Panteón, junto con Simón», gritó una muchedumbre a la salida del hospital en referencia al Panteón Nacional, una edificación en el centro capitalino donde reposan los restos del libertador Simón Bolívar, prócer de la independencia de Venezuela.
El ataúd fue colocado por varios soldados sobre el techo de un vehículo decorado con flores blancas. Delante del automóvil iban varias motocicletas abriendo el paso mientras detrás se agolpaba la multitud y algunos ministros que parecían sostener el féretro.
Al frente del cortejo y vistiendo una chaqueta amarilla, azul y roja caminaba lentamente el vicepresidente Nicolás Maduro, de 50 años, junto al mandatario boliviano Evo Morales. En medio del tumulto, ambos cayeron al piso.
«Vengo a acompañarlo hasta el final», dijo José Terán, un operador de grúas de 49 años. «Nunca nos lo esperábamos. Siento un profundo dolor porque perdimos a alguien muy querido… Tenía un corazón muy grande», aseguró.
Al grito de «La lucha sigue, Chávez vive», miles de personas saludaron desde puentes y edificios el paso del féretro por una de las avenidas del oeste de la capital.
«Chávez, te amo» y «viva Chávez» gritaban desconsolados seguidores del gobernante mientras levantaban su brazo derecho con el puño cerrado, recordando una señal característica que hacía Chávez.
«Siento mucho dolor, mucho», dijo con el rostro bañado en lágrimas Yamile Gil, un ama de casa de 38 años. «Nosotros no queríamos llegar a ver a nuestro presidente así (muerto)… siempre lo vamos a amar», agregó Gil entre la multitud.
Oscar Navas, un vendedor de frutas de 33 años, dijo estar convencido de que Washington buscará forzar un cambio en el Gobierno venezolano promoviendo la violencia para que ella desemboque en un golpe de Estado.
«El gobierno de Estados Unidos no va a descansar, va a seguir conspirando contra nuestra revolución porque somos antiimperialistas», dijo Navas.
Los participantes del desordenado cortejo vestían camisetas rojas, el color que identifica a los seguidores de Chávez. Todos daban vivas al fallecido presidente y sacaban fotos con sus teléfonos celulares, una escena impensable hasta hace algunos meses, cuando el propio Chávez afirmaba que estaba curado del cáncer.
Entre la multitud había uniformados de verde como algunos de los varios cuerpos que integran la Fuerza Armada venezolana, de más de 200.000 miembros.
Las lágrimas parecían intensificarse cuando por parlantes colocados en camiones se escuchaba estrofas del himno nacional cantadas por el propio Chávez.
Varios mandatarios latinoamericanos -como la argentina Cristina Fernández de Kirchner y el uruguayo José Mujica- han llegado desde la noche del martes para asistir a las honras fúnebres oficiales, previstas para el viernes.
Aún no se ha revelado el lugar exacto donde será sepultado el Presidente.
Mientras se realizan los actos fúnebres del hombre que dirigió esta rica nación petrolera por 14 años, el país continúa sumido en la incertidumbre sobre cuándo se convocará a nuevas elecciones, dijeron analistas consultados telefónicamente por una agencia de noticias.
El ex magistrado del Supremo Tribunal Román Duque Corredor explicó en entrevista telefónica que por disposición constitucional las elecciones pueden realizarse cualquier día hasta que venza el período de 30 días consecutivos contados a partir de la ausencia del jefe de Estado, es decir el 5 de marzo.
Aseguró, además, que el ejercicio de Maduro, quien quedó a cargo del Ejecutivo, es ilegítimo porque según la Carta Magna en ausencia absoluta del mandatario quien asume el cargo de forma interina y mientras se realizan las elecciones debe ser el presidente de la Asamblea Nacional. El oficialismo anticipó que su candidato para los comicios será Maduro.
Para algunos analistas, la vida política de Venezuela está condicionada por el dolor que siembra la pérdida de Chávez.
«La agenda del país está supeditada al duelo… Pero todos deberíamos ver qué pasó en estos 15 años, eso es importantísimo, hacer ese proceso de introspección sobre qué nos está pasando y por qué», dijo Mariana Bacalao, profesora de opinión pública de la Universidad Central de Venezuela en Caracas.
En Bogotá, Alfredo Rangel, analista de la Fundación Seguridad y Democracia que estudia conflicto interno colombiano dijo que ahora «se inicia un período de incertidumbre muy grande».
«Hay una posibilidad o un riesgo ineludible de que haya acciones de violencia y de enfrentamientos entre grupos chavistas y antichavistas», aseguró. Por temor a eventuales desórdenes, en algunos comercios y gasolineras se podía observar el miércoles a los capitalinos abasteciéndose de provisiones.
Mientras la mayoría de los comercios cerró y en calles de la capital se observaba poco flujo de personas y vehículos, muchos aprovecharon el día para ir a los supermercados.
En un recorrido que realizaron periodistas de una agencia internacional de noticias por tres grandes supermercados del norte y centro de la capital se observó una fuerte presencia de personas y filas de más de 50 clientes formadas frente a las cajas.
«Casi una hora tardé en el supermercado para comprar y pagar», dijo Lenin morillo, un mesonero de 27 años al salir de un supermercado en el norte de caracas.
«De repente sabes que se corre el rumor de que las personas dicen que Venezuela va a sufrir transformaciones (con la muerte de Chávez) y que hay que reservar, hay que comprar. Me imagino que parte de las personas que están allí están nerviosas», comentó al referirse a la masiva asistencia de personas al supermercado donde regularmente compra