Empresarios del sector creen que llegará una nueva medida oficial. Mientras, los argentinos sacan ventajas del tipo de cambio «subsidiado». Agencias registran 30% más de consultas por Semana Santa y vacaciones de invierno. La euforia por cerrar paquetes ante el temor a que se encarezcan
A medida que la brecha entre el dólar oficial y el blue se consolida, más argentinos empiezan a «husmear» en búsqueda de alguna ventana que les permita acceder a la cotización más preciada: aquella que es fijada por el Banco Central.
Así las cosas, hacerse de un bien o servicio valuado en divisas estadounidenses pero al cambio de $5,07, se volvió una opción cada vez más tentadora, especialmente desde que el gap con el «blue» se mueve por encima del 50 por ciento.
Algunos optan por la compra de vehículos importados dado que, tal como graficó el gerente de una agencia oficial BMW ubicada sobre la avenida Del Libertador, «para muchos, psicológicamente los 0Km traídos del exterior funcionan como una posibilidad para acceder a dólares baratos en cuatro ruedas. Eso es atractivo en épocas de cepo».
Paralelamente, a la hora de «acariciar» al billete verde al tipo de cambio oficial, otros optan por contratar distintos servicios internacionales, ya sea hoteles, pasajes o el alquiler de un auto. En estos casos, lo que impera al momento de decidir estas compras no es la sensación de resguardo, sino que el objetivo es darse un «gustito» y poder sacarle rédito a un dólar por ahora «subsidiado» para hacer turismo, dado que desde el viaje hasta la estadía se pueden pagar en pesos y «tarjetearlo» en hasta doce cuotas o más.
«Definitivamente se está subsidiando a quienes hoy viajan a Brasil, Miami o el Caribe. Por eso es que cada vez son más los argentinos que están planeando descansar en el exterior», disparó Tomás Ryan, ex presidente de la Asociación Argentina de Agencias de Viajes y Turismo (Aaavyt) y titular de Ryan´s Travel.
Esto derivó en una indudable «fiebre» de argentinos queriendo cruzar la frontera. Según el INDEC, en el mes de enero, el número de personas que decidieron hacer sus valijas y tomarse un avión en Ezeiza o Aeroparque se incrementó en un 5% respecto al mismo mes de 2012.
Como contrapartida, la cantidad de extranjeros que vinieron a hacer turismo a la Argentina cayó un 12%, al tiempo que achicaron en un 23% los gastos que realizan en el país.
Sin lugar a dudas son malas noticias para el Gobierno y ratifica la tendencia adversa registrada en 2012, cuando la cuenta «turismo» cerró con el primer déficit desde el 2001, al haber alcanzado un rojo cercano a los u$s90 millones.
Y la tendencia parece profundizarse: de cara a Semana Santa y a las vacaciones del período invernal, las agencias de turismo porteñas están registrando entre un 15% y un 30% más de consultas que el año pasado en todo lo que es aéreos, hoteles y paquetes en el exterior, lo que deja a las claras que cruzar la frontera resulta cada vez más tentador frente a una plaza doméstica que debe lidiar con precios que se incrementan a una tasa del 25% anual.
Pero no sólo eso: este boom está siendo alimentado por el creciente temor a que el Gobierno avance con una batería de medidas para ponerle fin a esta avalancha de argentinos saliendo por Ezeiza.
«Hay cada vez más preocupación de que se imponga algún tipo de limitación a la venta de pasajes y paquetes al exterior. Por eso, los que ya tienen más o menos decidido dónde ir y en qué fecha, están cerrando las compras ya mismo», acotó Ryan.
El ex directivo fue más allá al asegurar que «esta situación ya no puede aguantar más. No es sostenible que se siga subsidiando al que viaja al exterior. Cada dólar que se destina a la compra de un paquete a Miami es un dólar que se va de la economía».
Frente a esto, el ex presidente de la Asociación Argentina de Viajes y Turismo lanzó una frase contundente: «A la corta o a la larga se avanzará oficialmente con un dólar especial para el sector turístico», lo que lleva a que «muchos tengan temor y busquen cubrirse, cerrando la compra a un tipo de cambio de $5 y así evitar tener que pagar un 40% o 50% más en el futuro, si llegase a haber una nueva cotización para esta actividad».
Los nuevos temores que invaden al sector coinciden con la ola de rumores que desató la decisión de IATA (organización que nuclea a 260 líneas aéreas), de dejar de comercializar pasajes en dólares en la Argentina, para pasar a realizar todas las operaciones en pesos.
Y si bien actualmente la conversión a moneda local se está realizando con normalidad -es decir, al tipo de cambio oficial-, apenas se conoció la noticia se dispararon especulaciones de todo tipo, como que las aerolíneas, próximamente, podrían fijar un valor más elevado, cercano al «blue».
«IATA todavía no estableció cambios en la comercialización. Pero, nuevamente, el miedo de muchos turistas es que haya modificaciones y el día de mañana se termine pagando más caro un ticket aéreo», apuntó Ryan.
A estos rumores se sucedieron otros, como que las agencias de turismo no podrían girar más divisas afuera para pagarle a sus proveedores, generándose así un «cerrojo» con duras consecuencias para la actividad.
Frente a este escenario, desde una de las principales agencias de Zona Norte confirmaron a iProfesional.com que «si para el verano se veía venir un interés creciente por viajar fuera del país, ahora la tendencia se consolidó. La incertidumbre generó que recibamos muchas consultas para vacaciones de invierno y hasta hay quienes preguntan por la temporada 2014. Nunca habíamos visto tanta anticipación por parte de la gente».
Cabe destacar que es en este contexto en el que se está dando una avanzada oficial sobre el sector, dado que se habrían detectado numerosas operaciones de venta de paquetes que, en realidad, terminaron siendo maniobras para enviar divisas al exterior.
Así las cosas, un tipo de cambio especial para la actividad, más elevado, desalentaría incurrir en mecanismos de esta índole.
El Gobierno, preocupado frente el «boom»
Al observar el tablero de juego, se entienden las razones que llevarían al Gobierno a tratar de limitar lo máximo posible la «fuga» de divisas vía turismo, dado que la disponibilidad de dólares se podría ver amenazada por la reticencia de los productores a desprenderse de la cosecha de soja, a lo que se suman las mayores importaciones de energía, necesarias para sostener el ritmo de crecimiento de la economía para este 2013.
El punto central es que la compra de paquetes y pasajes aéreos es hoy una de las últimas ventanas para acceder al dólar oficial sin restricciones, mientras que para el Gobierno es claramente una grieta que alienta la «fuga». En efecto: los argentinos que contratan servicios internacionales vía agencias de turismo pagan en moneda local, en tanto que éstas luego acceden a los dólares vía Banco Central para girarlos afuera y pagar a sus proveedores.
Paralelamente, a esto hay que sumarle el mix de gastos que se realizan para costear el viaje, que al Gobierno también le representa una «fuga», y que incluyen desde comidas en restaurantes hasta la compra de ropa y artículos electrónicos.
Lo cierto es que, desde que se instaurara el cepo cambiario, las tarjetas se volvieron aliadas indiscutidas de los argentinos que pretenden disfrutar de las «mieles» del atraso cambiario.
Y si bien a mediados de 2012 se impuso un cargo extra del 15% a las compras con plásticos, para el economista Gabriel Caamaño Gómez, del Estudio Ledesma, «esta medida se terminó volviendo ineficaz y ya no desalienta salir al exterior, porque la inflación en el mercado doméstico más que compensó ese incremento».
Así las cosas, las estadísticas del Banco Central brindan un dato contundente: el 22 de febrero último, el saldo por compras con tarjetas fronteras afuera se disparó hasta alcanzar un nuevo récord desde la salida de la convertibilidad.
En buen romance: el monto a cancelar por adquisiciones en moneda extranjera ya araña los u$s500 millones, un 64% más que en febrero del año pasado y un 150% por encima que el de octubre de 2011, momento en el que el Gobierno impuso el «cepo» cambiario, tal como se observa en la siguiente infografía:
El furor de «tarjetear en dólares y pagar en pesos al tipo de cambio oficial» es tal en la actualidad que más que se revirtió la fuerte caída que habían experimentado las compras con plásticos allá por septiembre de 2012, cuando entrara en vigencia el recargo del 15% y la AFIP anunciara controles más exhaustivos para los turistas que descansaran fuera de la Argentina.
En la misma línea, el siguiente cuadro permite observar cómo febrero último fue un mes «caliente» en materia de tarjeteo, el «deporte» preferido por parte de aquellos argentinos que eligen destinos internacionales.
Tal como se observa, en términos nominales, el saldo global del mes pasado fue 30 veces superior a los niveles registrados en 2003, poco después de haberse abandonado la convertibilidad, es decir, momentos en que era más costoso viajar afuera.
Cabe destacar que el propio titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, días atrás fue claro al asegurar que la entidad entrega entre «80 y 100 dólares por día» porque es «lo que una persona generalmente necesita para consumir».
«El dinero en efectivo no es el que se movía 10 o 20 años atrás, sino que ahora se mueven con tarjeta», explicó el funcionario, dejando en claro que la preocupación ahora está centrada en los plásticos.
En esta dirección, desde que se creó ese régimen de retención del 15%, el Gobierno logró recaudar casi $1.000 millones, de los cuales, cerca de un 35% lo obtuvo en los dos primeros meses de 2013.
Sin embargo, un porcentaje muy bajo de argentinos -se estima que menos del 2%- finalmente opta por reclamar la devolución de ese 15% que retiene el organismo recaudador.
¿A qué se debe esto? En primer lugar, todo apuntaría al temor que enfrentan algunos contribuyentes a las mayores medidas de control que está implementando el Ejecutivo para desalentar que se haga shopping fronteras afuera.
En este sentido, la AFIP ya dejó en claro que está cruzando los datos de los resúmenes de las tarjetas para ver los productos adquiridos en otros países frente a los efectivamente declarados en la Aduana.
De hecho, el propio organismo reconoció que investiga de manera minuciosa a quienes pidan el reintegro del 15%.
Paralelamente, Caamaño Gómez agregó factores adicionales: «No es tan fácil hacer el reclamo, porque exige que la persona sea ordenada y tenga todo absolutamente en regla. A esto se suma que aquellos que están bajo relación de dependencia deban recurrir primero al área de recursos humanos de su empresa, con todas las molestias que esto puede acarrear».
«Además, muchas veces, frente a los trámites que hay que encarar, muchos terminan poniendo en la balanza si se justifica pedir ese 15 por ciento», agregó.
Respecto a la posible decisión de ponerle un freno al furor de argentinos paseando por las playas del Caribe o por los malls de Miami, el economista acotó que «lo que el Gobierno está tratando de hacer es surfear el temporal y no tomar medidas que tengan impacto negativo en parte de la sociedad, al menos hasta las elecciones. Después sí es posible esperar que avancen con todos los cambios que sean necesarios, incluido el turismo».
Así las cosas, son cada vez más los expertos que se preguntan si el verano 2013 fue el último en mucho tiempo en el que los argentinos hayan podido sacarle jugo al dólar barato.
Por las dudas, más turistas vienen tomando nota de un potencial cambio de escenario y le piden un último «esfuercito» a sus tarjetas de crédito.
fuente > http://www.iprofesional.com