Esta semana se anunció la vuelta del famoso alfajor y se confirma la tendencia de que el consumo de nostalgia llegó a los kioscos
Comenzó algunas semanas atrás como un rumor a través de redes sociales. A finales de la semana pasada se confirmó oficialmente: vuelve el alfajor de mousse Suchard. Esa galleta crocante con relleno de mousse y bañada en chocolate semi amargo.
A pocos meses de cumplir 30 años de su lanzamiento, en 1984, el clásico alfajor vuelve para competir en un mercado cada día más complejo. En los últimos años el segmento de golosinas demostró una gran cintura para capturar parte del «boom del consumo» de la mano de diferentes estrategias. Una de ellas es la nostalgia; la vuelta de ciertas marcas insignias de producción nacional que durante los años 90 perecieron en manos de las golosinas importadas. La vuelta del Suchard de mousse responde a un ejercicio de memoria sensitiva realizado por los consumidores, que entre tanta oferta deciden volver a las raíces.
Algunos años atrás, la marca Cachafaz, casi lúdicamente, lanzó una versión aggiornada del famoso alfajor de mousse que generó mucho revuelo en el kiosco. Con la herida del recuerdo abierta, Suchard decidió aprovechar el momento para relanzar su famoso alfajor.
Pero el Suchard de mousse no fue la única golosina que tuvo una segunda oportunidad. En los últimos años tuvieron su come back varias marcas y productos que durante los 90s supieron desaparecer. Entre las que volvieron estan: el Topolín, las galletitas Tentaciones, el chicle Jirafa, las pastillas de azúcar Dorin’s, las pastillas DRF, las galletitas de queso Kesbum, las pastillas ácidas Fizz o Toddy (aunque en este último caso lo que volvió es la marca, que hacía leche chocolatada y ahora llegó a los kioscos en forma de galletitas).