1) Cambia la configuración de tu cuenta de Facebook a “privado” en las opciones de Privacidad.
2) Borra la etiqueta de todas las fotos donde estés etiquetado en Facebook. Puedes utilizar la opción “Reportar/borrar etiqueta” y elegir “Quiero borrar mi propia etiqueta” del menú de opciones.
3) Si tienes una cuenta de Google Blogger, borra tu perfil. Teóricamente, todos los comentarios y posts hechos con el ID de Google deberían eliminarse donde quiera que estén.
4) Haz lo mismo con Tumblr, WordPress y cualquier otra red social que utilices.
5) Aquí viene lo divertido: ahora necesitas ver qué tan profunda es tu huella digital al buscar tu nombre en distintos buscadores. No te sorprendas si aparece menos de lo que pensabas: los 15 minutos de fama se han reducido a 15 segundos. En fin, encuentra los sitios donde te has dado de alta y elimina tu suscripción, así como todo el contenido que hayas alojado. Muchos sitios te permiten borrar la cuenta automáticamente.
6) Busca tu nombre entre comillas (“Ejemplo”) en Google Images. Si se trata de posts o comentarios que tienes alojados en un sitio de terceros, siempre puedes tomarte la molestia de escribirles y pedirles amablemente que eliminen el contenido relacionado contigo. Sé creativo: inventa una buena historia para desaparecer.
7) A pesar de borrar toda información sobre ti albergada en Flickr, Facebook, Twitter, etc., es posible que existan otros contenidos guardados en el Internet Archive, proyecto cuyo objetivo es precisamente almacenar información. El archivo no permite remover fácilmente un contenido pues su índice es tan grande como la red. Puedes ponerte en contacto con ellos para solicitar una remoción manual de ese secreto perturbador que no te deja vivir en paz.
8) Google almacena por default tus hábitos en la web si no cambiaste manualmente las políticas de privacidad durante el último cambio en el contrato de usuario final, el año pasado. No se trata de ponerse paranoicos: Google simplemente ha almacenado permanentemente tu historial de búsquedas en la web y las usa para sugerirte mejores resultados. Pero si es demasiado para ti siempre puedes utilizar otro de los numerosos motores de búsqueda que existen por ahí. Si no quieres que nadie almacene tu información, usa DuckDuckGo.com o navega con proxys.
Esta no es una lista completa: desaparecer de la red es un trabajo de tiempo completo, probablemente tanto o más cansado como el hacerse de cierto nombre. Siempre puedes hacer uso de servicios como Suicide Button para eliminar de un golpe varios perfiles sociales, o bien, servicios de pago como DeleteMe para una limpieza profunda. Si lo tuyo es volver a lo básico y mantenerte alejado de la revolución digital, cuéntanos qué más podríamos hacer para desvanecernos definitivamente del Internet.
[Guardian]