Abby y Brittany Hensel son dos hermanas siamesas decididas a llevar una vida normal, activa, como la de cualquier adulto que esté en sus 20 años. Fueron a la universidad, han viajado y tienen trabajo. Pero, ¿qué tan fácil es para dos personas cohabitar en un cuerpo? Como la mayoría de los jóvenes de 23 años, a Abby y Brittany Hensel les gusta estar con sus amigos, irse de vacaciones, manejar, hacer deportes –como el voleibol– y tener una vida plena. Estas siamesas, de Minnesota, en Estados Unidos, tienen un título de la Universidad de Bethel y están empezando su carrera como profesoras de primaria con énfasis en matemáticas. A pesar de tener dos licenciaturas diferentes, sólo hay una diferencia cuando se trata de finanzas. «Obviamente entendemos que vamos a recibir un salario porque estamos haciendo el trabajo de una persona», dice Abby. «En la medida que adquiramos más experiencia nos gustaría negociar un poco más, tomando en cuenta que tenemos dos títulos y que podemos ofrecer dos perspectivas diferentes o enseñar de dos formas distintas». «Una puede estar enseñando y la otra supervisando y respondiendo preguntas», señala Brittany. «Así que en ese aspecto podemos hacer más que una sola persona». Cari Jo Hohncke es amiga de ellas y gran admiradora del trabajo en equipo que llevan las hermanas. «Son dos chicas diferentes, pero son capaces de trabajar juntas para hacer las labores básicas diarias que yo tengo asumidas». Las siamesas se conocen tan bien que con frecuencia dicen las mismas cosas o terminan la idea de la otra, se ayudan y entienden los aspectos de la vida de cada una. Con dos juegos de pulmón, dos corazones, dos estómagos, un hígado, un intestino largo y un sistema reproductor, han aprendido desde muy pequeñas a coordinar sus cuerpos. Abby controla la mano derecha y Brittany la izquierda. Hay una diferencia de altura, Abby, de 1,57m es más alta que Brittany (1,47). Debido a que sus dos piernas tienen alturas distintas, Brittany tiene que pararse de puntillas para mantener el balance. Constante negociación Han tenido que aprender a llegar a un acuerdo en todo: desde la comida hasta sus vidas sociales e incluso la ropa que llevan. «Definitivamente tenemos estilos diferentes», explica Abby. «Brittany tiene un gusto más neutral y perlas y cosas así, mientras que a mí me gusta algo más divertido, brillante y colorido». Mientras que Abby es vista como la hermana «extrovertida» y siempre ganará el argumento sobre qué ponerse de ropa, Brittany dice que su hermana también es mucho más «hogareña», y que ella prefiere salir. Hay otras diferencias. A Brittany le da miedo las alturas, mientras que a Abby no. Abby está interesada en matemáticas y ciencia, mientras que Brittany prefiere las artes. También tienen una reacción distinta al café. Después de unas tazas, las palpitaciones de Brittany aumentan, pero a Abby no le afecta. La temperatura corporal de cada una es diferente. «Puedo tener una temperatura completamente diferente a la de Brittany», dice Abby. «Y la mayoría de las veces nuestras manos tienen diferentes temperatura, yo me acaloro mucho más rápido». A pesar de tener una vida familiar y social normal, estudiando y trabajando como cualquier otra persona, ellas se enfrentan a algunos problemas adicionales. Por ejemplo, tienen que soportar las especulaciones sobre sus vidas privadas, algo que prefieren no discutir. Las siamesas niegan un rumor sobre un supuesto compromiso de Brittany que describen como una «broma tonta». Dos pasaportes, un billete Viajar a otro país con los amigos de vacaciones tampoco es algo sencillo. Tienen dos pasaportes, pero sólo un billete de avión debido a que viajan en un asiento. Siempre tienen que estar pendiente de no mezclarse en la multitud o estar en espacios confinados debido a que la gente suele tomar fotografías de mal gusto. Una amiga cercana, Erin Junkans, explica que siempre necesita estar alerta porque nunca se sabe cómo va a reaccionar la gente o lo que va a decir. «Para asegura
Cómo viven Abby y Brittany ,dos siamesas
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