En la ciudad de Jujuy terminó de fabricarse el primer prototipo de la cosechadora de granos de arrastre, diseñada por técnicos argentinos y destinada a pequeños productores agropecuarios de la región. Ultiman detalles para que un grupo de empresas del noroeste comience a fabricarla.
La fabricación del prototipo se concretó gracias al trabajo conjunto de técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y empresas metalúrgicas jujeñas. Se trata de una cosechadora ideada especialmente para superficies de unas 50 hectáreas, que apunta a dar respuesta al trabajo de productores y de asociaciones que cultivan en pequeñas parcelas donde no pueden acceder las grandes cosechadoras autopropulsadas.
“La Pachamama”, como fue bautizada por los lugareños, responderá principalmente a las necesidades del mercado más numeroso en la región: los pequeños productores agropecuarios. Actualmente, estos productores dependen de la disponibilidad de contratistas que les brindan el servicio a un costo elevado, que no siempre se encuentra garantizado en tiempo y forma. De modo que este nuevo desarrollo atenderá una problemática histórica de la región, al tiempo que mejorará las condiciones de trabajo de los productores rurales. Los cultivos que podrá cosechar son: soja, poroto, maíz, lenteja, arveja, garbanzo, trigo y poroto de primavera, entre otros.
Los productores medianos y grandes también podrán requerir este equipo para determinadas tareas que no pueden ser realizadas por las cosechadoras de gran escala, ya sea por la irregularidad del terreno o por la dificultad para acceder a determinadas zonas.
Muchos roles, un solo impulso
Las pymes Valmos, Metalúrgica Lozano, Metalúrgica Alnorc y Metalúrgica Montiel conformaron la Unión Transitoria de Empresas (UTE), con el nombre MOVAL– Máquinas de Jujuy. Actualmente se dividen la fabricación y armado de partes, que luego son ensambladas en una planta de la localidad de Palpalá, con la asistencia técnica permanente del INTI. Una vez que finalicen las últimas pruebas de campo, la UTE recibirá una licencia de fabricación que contará con la aprobación técnica INTA-INTI.
Fuente: Instituto Nacional de Tecnología Industrial