«Nunca estuvimos en combate», afirmó el exmayor británico Mike Seear quien busca derribar mitos sobre los Gurkhas por él comandados durante la guerra de Malvinas. De paso por Buenos Aires, se reencontró con veteranos argentinos e historiadores durante la presentación de su último libro Return to Tumbledown y dialogó con Perfil.com.
En torno a los gurkhas (guerreros nepaleses entrenados bajo las fuerzas militares británicas) durante el conflicto armado entre Argentina y Reino Unido existieron diferentes reseñas periodísticas y comentarios políticos en donde se reprodujeron historias cercanas al mito y la leyenda, asegura Seear. Desde su bestialidad asesina hasta el accionar de batalla robótico y mercenario pasando por las violaciones anales post-decapitación de sus enemigos, los 661 gurkhas en Malvinas fueron precedidos por su fama.
Seear contó que luchó y lucha contra los traumas generados por la guerra al igual que los restantes veteranos británicos y argentinos. «Tumbledown fue el terreno en donde se juntaron los traumas. ¿En qué punto se encontraban? En el suicidio. En el caso británico, ya son más de 300 los veteranos que se quitaron la vida, más de los que murieron en combate». «Es un escándalo nacional», critica Seear a Perfil.com, «porque no hay datos, no hay investigaciones ni ningún tipo de análisis oficial».
El oficial británico estuvo al mando del Primer Batallón de los Fusileros Gurkhas. Participaron de la logística y estrategia general, pero jamás dispararon sus fusiles, según recordó Seear. La única noche que estuvieron cerca de hacerlo fue durante la madrugada del 14 de junio de 1982 cuando se vieron cercado por el fuego argentino. «En esas horas vimos panfletos que advertían a los argentinos sobre que los gurkhas iban a degollarlos y a abusar sexualmente de ellos. Fue un error, los mataban psicológicamente primero», señaló Seear.
Seer es reconocido entre los veteranos y los historiadores por su primer libro intitulado «Con los gurkhas en las Malvinas. Un diario de guerra». Este texto lo comenzó a escribir luego de encontrar unas cartas de un combatiente argentino a quien luego pudo conocer en persona. Ahora Seear mantiene contacto habitual no sólo aquél soldado sino con varios otros oficiales con quienes realiza una «mejor curación». Como muchos otros, sufrió de trastorno por estrés postraumático, aunque lo supo muchos años después dado que el diagnóstico aún no era común en los 80. Divorcio, problemas laborales, una «deshonra» personal y entender que todo era su propia «derrota» personal lo llevó a evaluar el suicidio. «El tratamiento nunca pudo cubrir lo que yo sentía. Estaba en el fondo del abismo», confesó.
El diálogo con otros veteranos, encontrar un trabajo estable y formar una nueva familia fueron los puntales que le permitieron salir adelante.
Perfil.com: Para quienes vivieron desde dentro la guerra de las Malvinas, se podría decir que hubo dos batallas que nunca terminaron. Por un lado el conflicto que ahora cuenta con nuevos cruces verbales, y la lucha interna de cada veterano contra sus memorias y lo vivido. Para los veteranos, ¿hay alguna chance de que al menos uno de estas dos luchas llegue a una solución?
Mike Seear: Esa es una pregunta muy difícil de contestar. La disputa sobre las Falklands-Malvinas es un proceso continuo. No va a ser resuelto en mi vida. La guerra interna de los que lucharon en la guerra se queda con todos los veteranos. Muchos manejan con éxito que se mantenga sumergida en la mente. Para otros, como Stephen Hood, que se suicidó el 3 de enero de 2013, la situación es mucho más grave y puede terminar en un desastre. Así que no puedo ver que esa pelea (por usar sus palabras) sea finalmente resuelta.
P: ¿Cuál es su opinión sobre la solicitud de Cristina hacia el Papa para que intervenga sobre la cuestión Malvinas? ¿El Papa Francisco podría ser un buen intermediario?
MS: Como Jefe de Estado de Argentina, la presidenta Kirchner tiene el derecho de buscar el tipo de ayuda que necesite para proteger lo que considera de interés nacional para el país. El hecho de que le haya pedido al nuevo Papa de intervenir en la disputa sobre las Falklands-Malvinas es una petición perfectamente legítima. Sin embargo, entiendo a partir de recientes informes de prensa que el Vaticano no intervendrá. Si el Papa hubiera decidido poner en marcha una iniciativa, entonces creo que su nacionalidad sería un fatal obstáculo para lograr tener éxito.
P: Usted es ahora un especialista en «crisis management» en Europa. Desde su perspectiva y experiencia, ¿hay chances de que la crisis actual se complejice y empeore?
MS: No existe en la actualidad una «crisis Falklands-Malvinas». Se trata de una disputa en curso sumado a una guerra de declaraciones realizadas en los medios de comunicación entre los políticos de ambos países. No va a haber una guerra militar entre los dos países. Argentina simplemente no tiene la capacidad militar. Hablé con un oficial de la Armada Argentina a principios de la semana pasada. Está asignado a un buque destructor que, como consecuencia de recortes en el sector de Defensa, ¡sólo se le permite salir al mar durante cinco días al año! Uno no puede ir a la guerra con tales restricciones.
P: ¿Cómo lo reciben los veteranos argentinos con los que tuvo contacto?
MS: Los veteranos argentinos se mostraron sorprendidos, pero al mismo tiempo muy contentos de conocer finalmente a un veterano de guerra británico. Fue un honor para mí conocerlos, y ellos me expresaron lo mismo. Coincidimos en entender que el vínculo especial que nos une no sea comprensible para muchos, en especial para los políticos.
Luego de mi llegada a Buenos Aires y de recibirme en el Círculo Militar, el coronel Esteban La Madrid me dijo: «Querido amigo Mike, Como miembro de la Hermandad del Atlántico Sur, bienvenido a nuestro Club del Ejército». Esteban y yo estuvimos en lados opuestos luchando el uno contra el otro durante la batalla de Tumbledown en la noche del 13 y madrugada del 14 de junio de 1982. Sin duda, hay una lección que aprender aquí por los políticos de ambos países.
P: Mirando hacia atrás, ¿cuán importante fueron los gurkhas en su vida?
MS: Los Gurkhas representan un punto de inflexión en mi vida. Ellos son el componente principal en mi experiencia de en la guerra de Falklands-Malvinas. Tenían una enorme voluntad como para entrenar duro durante diez semanas antes de cruzar la línea del batallón para atacar el espolón norte-este de Tumbledown y Monte William en la noche del 13/14 de junio de 1982. Sin embargo, nadie en Argentina entendió a los Gurkhas. Los medios de comunicación argentinos tejieron una historia tremendamente errónea sobre los Gurkhas durante la guerra, pero que paradójicamente dió a los gurkhas una ventaja suprema. Nunca he oído hablar de ningún periodista argentino visitando un batallón Gurkha luego de la guerra en un intento para averiguar lo que hace que estos soldados sean especiales. Hay muchos mitos falaces sobre los Gurkhas que aún siguen viviendo su propia vida loca.
P: ¿Qué piensa sobre los residentes en Malvinas? Para Ud, ¿son británicos? ¿Piensa que tienen derecho a la autodeterminación?
MS: En cuanto a los «Falkland Islanders» (como se les conoce en el Reino Unido), su nacionalidad y el derecho a la libre determinación, siempre me esmero en no caer en ninguna trampa al hacer un comentario sobre asuntos que no estoy calificado para responder. Esto es un problema para los expertos en derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas, no los veteranos de guerra. Dicho esto, comento que he estado en las islas durante la guerra, inmediatamente después y en tiempo de paz. Argentina (gobernada por la Junta Militar de la Dictadura) cometió un gran error en la toma de las islas por la fuerza militar en 1982. Al Reino Unido no le quedó otra opción que enviar a la British Task Force como la historia conoce muy bien.