La medida impuesta por la Aduana vecina, que se conoció el viernes, impide a sus ciudadanos comprar del lado argentino. El objetivo es «proteger a los comercios locales», indicó la DNA uruguaya.
El gobierno de Uruguay dispuso el viernes, y comienza a aplicarse hoy, el denominado régimen de ‘Cero Kilo‘ en las aduanas fronterizas con localidades argentinas, para evitar que ciudadanos de ese país crucen a comprar mercaderías de consumo que, a raíz de la depreciación del peso argentino en el mercado paralelo, se tornaron baratas para los orientales.
El objetivo de la medida es «proteger a los comercios locales», anunció la Aduana de Uruguay en un comunicado.
En apariencia, la novedad no está relacionada con la tensión diplomática que generaron los dichos del presidente José Mujica sobre la presidenta argentina ayer y sí con lo que se considera en el Uruguay como un enfriamiento casi definitivo de las relaciones comerciales.
La decisión fue adoptada «atendiendo a la situación que se viene registrando en los Pasos de Frontera del litoral del país, con el incremento del tránsito vecinal con la República Argentina».
Al respecto, medios del vecino país indicaron que en el último fin de semana entre 30.000 y 40.000 uruguayos se trasladaron a diferentes puntos de la Argentina.
La medida apunta a frenar el transporte de mercaderías de consumo familiar, fundamentalmente alimentos, en las ciudades fronterizas.
La restricción de ‘Cero Kilo‘ involucra los pasos de frontera en las ciudades de Colonia, Carmelo, Nueva Palmira, Fray Bentos, Paysandú, Salto y Bella Unión y no incluye a las ciudades fronterizas con Brasil ni al puerto de Montevideo, desde donde los fines de semana muchos uruguayos viajan a comprar a Buenos Aires y le suman una cierta oferta al mercado ‘blue‘.
Según explicaron fuentes de la Dirección Nacional de Aduanas (DNA) de Uruguay, esta medida responde al elevado número de adquisiciones que en la actualidad realizan los uruguayos que cruzan regularmente la frontera aprovechando la diferencia cambiaria. Tal situación generó una «legítima preocupación» en los comercios locales que podría derivar en la «pérdida de puestos laborales».
Incluso, se está estudiando la posibilidad de no dejar cruzar más que una maleta de mano a estos viajeros para facilitar el control.
fuente > http://www.cronista.com