«Cómo un grupo de jóvenes utópicos radicales han capturado el Estado argentino, colapsado la economía e institucionalizado un gobierno autoritario». Esto es lo que busca explicar el Douglas Farah, el investigador del influyente CSIS (Center for Strategic and International Studies) de Estados Unidos, en un nuevo informe crítico hacia el país -revelado en la columna de Carlos Pagni-, esta vez, dedicado a la agrupación ultrakirchnerista de La Cámpora.
«Mientras la Argentina enfrenta una elevada crisis económica -con una inflación estimada para 2013 que llegaría al 30%- y una agitación social creciente, es poco probable que se apliquen las acciones correctivas normales. Los ingenieros del camino de esa nación a la ruina económica son un grupo de jóvenes profesionales impregnados de la teoría económica marxista y unidos por una historia de activismo estudiantil y protesta», expresa el autor en la introducción de su escrito de 23 páginas, en las que cita a medios y libros locales para respaldar sus opiniones.
«Sus estrategias han fundido a la nación, mientras pusieron a la Argentina en un camino de creciente confrontación con los Estados Unidos y Europa, y la comunidad inversora y financiera internacional; todo esto mientras fortalecían sus lazos con Irán, Venezuela y sus aliados populistas», continúa Farah, quien en febrero pasado afirmó en otro informe que «bajo el corrupto gobierno populista de Cristina Fernández de Kirchner la Argentina está regresando a la ruina».
El informe se basa en las figura del hijo de Néstor y Cristina Kirchner, Máximo, como jefe del grupo y dedica un subtítulo al viceministro de Economía, Axel Kicillof, y su amiga la embajadora argentina en Washington, Cecilia Nahón.
«El grupo, conocido como La Cámpora, ha ganado un acceso sin precedente a la Presidenta a través de su hijo, Máximo Kirchner, de 36 años. Máximo se posicionó como el hermético guardián principal de la mandataria y el posible heredero de su dinastía política, que es famosa por premiar la lealtad por sobre todo. El poder de Máximo creció dramáticamente cuando Néstor Kirchner, su padre y predecesor de Cristina en la presidencia, murió en 2010», afirma, antes de abundar en un perfil del hijo mayor del matrimonio presidencial.
«El auge y creciente influencia de La Cámpora es uno de los aspectos menos comprendidos y más importantes del gobierno de Cristina Kirchner, con vínculos directos con la turbulenta y violenta «guerra sucia» entre las guerrillas marxistas de los Montoneros y sucesivas dictaduras en los 70″, señala el académico en otro fragmento del texto.
El joven y fotogénico Kicillof
Por su parte, respecto del viceministro de Economía dice que «el joven y fotogénico [Axel] Kicillof es el principal consejero de Fernández de Kirchner y el principal arquitecto de la expropiación de la compañía petrolera española Repsol», y le atribuye las medidas de las restricciones a las importaciones y exportaciones y los controles cambiarios.
«Él trabajó previamente como jefe financiero de Aerolíneas Argentinas mientras caía en la ruina», dice y agrega que él ubico a Nahón en una de las sedes diplomáticas más importantes.
Asimismo, el académico asegura que el think tank que crearon juntos Kicillof y Nahón, el Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino, elaboran teorías que «a pesar de sus catastróficos resultados en el mundo real, han llegado a dominar las políticas económicas argentinas, creando un movimiento populista que es abiertamente hostil a inversiones extranjeras, a las normas y gobernanza internacional, y diseñado para beneficiar el proyecto de La Cámpora».
Además, Farah menciona la estructura absolutamente verticalista de la agrupación de jóvenes kirchneristas, que sólo responden a la Presidenta y a Máximo, «operando como una estructura de poder paralelo y socavando severamente el control institucional de sus acciones». También cuestiona que Cristina no pide que los camporistas rindan cuentas por los «cientos de millones de dólares de dinero del Estado» que manejan.
El académico estadounidense habla también de la expansión de los miembros de La Cámpora dentro de la estructura del Estado, especialmente en las áreas «que generan más ingresos».
«El resultado de esta red es que los miles de camporistas seguirán trabajando en la burocracia del gobierno bastante después que cambie el gobierno y cuando una nueva administración intente implementar sus propios programas», opina y agrega que esto va «más allá de la norma de la democracia participativa».
Sin futuro
Hacia el final del texto, Farah intenta mirar hacia adelante y concluye que el futuro de la agrupación «no está asegurado» por una serie de motivos que lograron que la popularidad de Cristina Kirchner descendiera.
Además, se basa en la derrota en las elecciones de la agrupación en Santa Cruz para demostrar «las dos principales debilidades de La Cámpora». Por un lado, que «tiene poco control del territorio electoral» y que «tiene dificultas para que su gente sea electa». «Mientras puede movilizar seguidores en las calles de Buenos Aires, La Cámpora aún es un movimiento en formación más que una máquina política madura y apta para desafiar poder a niveles local y estatal», opina.
En segundo lugar, finalmente, explica como una debilidad el hecho de que «el liderazgo está fuertemente centralizado e identificado únicamente en Máximo, por lo que cada error daña directamente a Fernández de Kirchner».
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1582488-en-eeuu-dicen-que-la-campora-fundio-a-la-argentina