ROMA (Reuters) – El Papa Francisco criticó el domingo a las organizaciones mafiosas que explotan y esclavizan a seres humanos y pidió a los mafiosos que se arrepientan, unas palabras que recordaron una conmovedora súplica realizada por Juan Pablo II hace 20 años.
Francisco hizo estas declaraciones tras la bendición semanal del Angelus en la plaza de San Pedro, refiriéndose por primera vez a la mafia desde que se convirtió en pontífice hace dos meses.
Los asesinatos de alto perfil por parte de la mafia italiana han declinado desde la década de 1990, pero a través de actividades como la prostitución, la extorsión y el tráfico de drogas aún sigue siendo una poderosa influencia sobre el país y su economía.
Los principales grupos criminales italiano -la Cosa Nostra siciliana, la calabresa ‘Ndrangheta y la Camorra napolitana- tienen ingresos anuales conjunto de 116.000 millones de euros (150.000 millones de dólares), según Naciones Unidas.
Esa cifra es superior a las ventas anuales de la mayor compañía de Italia, el gigante petrolero Eni.
Francisco recordó el ejemplo del sacerdote antimafia siciliano Giuseppe Puglisi, que murió a manos de hombres armados en 1993 a las puertas de su casa en Palermo, y fue beatificado el sábado.