No obstante, fuentes con acceso al expediente aseguraron que «en principio está descartada cualquier connotación sexual en relación con el homicidio», entendido esto como que no hubo agresión de ese tipo. La fiscalía y el juzgado esperaban esta mañana información adicional sobre pericias ordenadas la semana pasada para completar el cuadro acusatorio contra Mangeri, quien el sábado no declaró en indagatoria por recomendación de su defensor oficial, Carlos Garay, quien previamente pudo conocer los elementos de cargo en contra del encargado. Según las fuentes, hasta ahora el indicio excluyente sobre la participación de Mangeri en el homicidio es su propia declaración, efectuada el viernes por la noche, previo a que la fiscal diera por terminada la declaración como testigo y lo acusara por el crimen. «No hay otra prueba que lo incrimine. De hecho, no hay prueba fehaciente de que Angeles haya regresado a su domicilio, más allá de la filmación en la que sólo se ven piernas que las compañeras de colegio dicen que son de ella. Faltan resultados de pericias que son decisivas para la investigación», dijeron. En cuanto a las denuncias de apremios ilegales que dice haber sufrido Mangeri, trascendió que hay en marcha una investigación interna en la Policía Federal, pero no una causa judicial promovida como consecuencia de sus afirmaciones. Mangeri había relatado los supuestos dos episodios que dice haber sufrido durante la primera parte de su declaración como testigo ante la fiscal Paula Asaro, antes de que incurriera en contradicciones que apuntaron a autoincriminarse, aseguraron las fuentes. Angeles, de 16 años, apareció muerta en un basural de la Ceamse en José León Suárez, adonde llegó desde un camión proveniente de la misma empresa en el barrio porteño de Colegiales, cerca del departamento donde ella vivía con su familia, en Palermo.
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