El cerebro necesita ejercicios para funcionar mejor, así como nuestro cuerpo precisa gimnasia para mantenerse lleno de energía.
Con el correr de los años, el cerebro también va perdiendo su capacidad productiva, y si no se entrena comienza a fallar.
El neurocientífico estadounidense Larry Katz, autor del libro «Mantenga vivo a su cerebro», creó la llamada gimnasia «neuróbica», es decir, una rutina de ejercicios especiales para el cerebro.
La teoría de Katz se basa en el argumento de que, igual que el cuerpo necesita ejercicios para desarrollarse en forma plena y equilibrada, la mente también necesita de entrenamiento y estimulación.
Es común, por ejemplo, que ciertas rutinas sean llevadas a cabo de forma mecánica, y hasta inconsciente.
«El objetivo de la neuróbica es estimular los cinco sentidos con ejercicios, obligándonos a prestar más atención a las acciones que llevamos a cabo a diario, lo cual mejora nuestro poder de atención y memoria», explica la psicóloga especialista en análisis cognitivo, Mariuza Pregnolato.
«No se trata de sumar nuevas actividades a su rutina, sino de hacerlas de forma diferente a como las lleva a cabo todos los días», explica la especialista.
Según el neurólogo de la Universidad Federal de Sao Paulo, Ivan Okamoto, los ejercicios «neuróbicos» ayudan a desarrollar habilidades motoras y mentales que no tenemos en nuestra cotidianidad, si bien éstas no se relacionan con la memoria.
«Si usted es diestro y comienza a escribir con la mano izquierda, desarrollara la capacidad de escribir con las dos manos; y si un día sufre un accidente con la mano derecha, la izquierda estará capacitada para sustituirla. Claro que eso no implicará que ese ejercicio lo libre de los olvidos a la hora de pagar la cuenta de la luz o tomar su remedio a la media tarde», dice Okamoto.
¿Cómo funciona la gimnasia neuróbica?
La neuróbica consiste en la inversión del orden de algunos movimientos comunes en nuestra rutina diaria; ello altera nuestra percepción sin por ello alterar nuestra rutina.
El objetivo es ejecutar de forma consciente las acciones que generan reacciones emocionales y cerebrales.
Los ejercicios incluyen desde leer al revés, hasta saludar al vecino que nunca da los buenos días en el ascensor.
La rutina neuróbica afecta aspectos físicos, emocionales y mentales de nuestro cuerpo.
«Esos hábitos son los que ayudan a estimular la producción de nutrientes en el cerebro, desarrollando sus células y haciéndolo más saludable», explica Mariuza Pregnolato.
Cuanto más entrenado sea el cerebro, estará más afinado, si bien no tendrá que pasar por pruebas de coeficiente intelectual o resolver un crucigrama en diez minutos para probarlo.
«La neuróbica no exige pruebas extremas: en vez de inscribirse en una olimpiada matemática y aprenderse decenas de fórmulas, pruebe caminar con los ojos cerrados o vestirse con la luz apagada», sugiere la terapeuta.
La propuesta de la neuróbica es cambiar las rutinas para «forzar» la memoria. Por eso es recomendable darle vuelta a los portarretratos para estar atento, o cambiar la ruta para ir al trabajo, una vuelta de tuerca en la rutina.
El rol de los sentidos
El programa de ejercicios neuróbicos ofrece al cerebro experiencias que están fuera de la rutina, usando varias combinaciones de sentidos (vista, olfato, tacto, gusto y audición), además de los «sentidos» relacionados con las emociones y la socialización.
«Los ejercicios usan los cinco sentidos para estimular la tendencia natural del cerebro a formar asociaciones entre diferentes tipos de información; cuando usted se viste en la oscuridad, por ejemplo, pone a sus sentidos en situación de alerta. Si la visión se dificultó, otros sentidos se agudizarán en compensación», explica.
Para estimular el paladar, una buena opción es probar combinaciones inusitadas: dulce y salado; quizá leche condensada y mayonesa, ¿qué tal?
Cuerpo de 40 y mente de 20
La neuróbica no le devolverá el cerebro de los 20 años, pero le podrá ayudar a ingresar al archivo de memorias.
«No podemos aumentar nuestra capacidad cerebral, pero con el ejercicio usted puede activar esas áreas del cerebro que dejó de usar por falta de entrenamiento», explica Mariuza.
«La única manera de estimular al cerebro es ejercitándolo, por eso quien siempre atiende a su cerebro reduce las probabilidades de sufrir enfermedades cerebrales como el mal de Alzheimer».
El entrenamiento paso a paso
El desafío de la neuróbica es hacer todo lo contrario a los actos automáticos, obligando al cerebro a un esfuerzo adicional.
Por ejemplo:
1- Use el reloj de pulsera en el brazo contrario al que lo usa siempre.
2- Camine de adelante hacia atrás por su casa.
3- Vístase con los ojos cerrados.
4- Estimule el paladar probando comidas diferentes.
5- Lea o vea fotos al revés, concentrándose en detalles en los cuales nunca había reparado.
6- Ponga el reloj ante un espejo para ver la hora al revés.
7- Cambie el mouse de la computadora para el otro lado de la mesa.
8- Escriba o cepíllese los dientes usando la mano izquierda, o la derecha, en caso de ser zurdo.
9- Camino al trabajo, haga un trayecto diferente al habitual.
10- Introduzca pequeños cambios en sus hábitos, transformándolos en desafíos para su cerebro.
11- Hojee alguna revista y busque una foto que le llame la atención. Luego piense en 25 adjetivos que crea que describen la imagen o tema fotografiado.
12- Cuando vaya a un restaurante, intente identificar los ingredientes que componen el plato elegido, y concéntrese en los sabores más sutiles.
13- Al entrar en un salón muy concurrido, intente calcular cuántos están en el lado derecho y cuántos en el izquierdo. Fíjese en los detalles de la decoración y enumérelos con los ojos cerrados.
14- Seleccione una frase de un libro e intente formar una frase diferente formando las mismas palabras.
15- Pruebe a jugar algún juego o actividad que nunca antes haya practicado.
16- Compre un rompecabezas e intente encajar las piezas correctas lo más rápido que puedan cronometrando el tiempo. Repita el ejercicio para ver sus progresos en velocidad.
17- Trate de memorizar la lista del mercado.
18- Consulte el diccionario y aprenda una nueva palabra por día, e intente usarlas en sus conversaciones diarias.
19- Escuche las noticias de la radio y la televisión en cuanto se despierte, y más tarde haga una lista con las más importantes.
20- Al leer una palabra piense en otras cinco que comienzan con la misma letra.
Hábitos saludables
Para mantener la memoria siempre alerta hay que prestar atención a la calidad de vida.
El neurólogo Iván Okamoto sugiere un estilo de vida más tranquilo, con alimentación balanceada, sin vicios y con la práctica regular de ejercicios físicos.
«La memoria forma parte de la salud, por eso es importante evitar el cigarrillo y el exceso de bebidas alcohólicas, ejercitarse y seguir una dieta equilibrada. Mantener la actividad mental, ya sea trabajando o participando en alguna actividad en grupo ayuda a elevar la autoestima y poner la memoria a todo vapor», concluye el especialista. /ar.news.yahoo.com