El Gobierno dijo que «respetará el fallo» de la Corte sobre la inconstitucionalidad de la reforma de la Magistratura, pero a través de sus funcionarios salió al cruce de la medida: «Tienen miedo del voto popular», afirmó Juan Manuel Abal Medina.
A través del ministro de Justicia, Julio Alak, el Poder Ejecutivo sostuvo que acatará la decisión del Máximo Tribunal «como siempre ha respetado los fallos de la Corte».
«El fallo no es una derrota. Consideramos que los procesos democratizadores en la Argentina han llevado tiempo, en algunos casos, décadas», «, sostuvo el ministro en diálogo con el canal de cable C5N.
La Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional la reforma del Consejo de la Magistratura impulsada por el Poder Ejecutivo y suspendió la elección de 12 miembros del cuerpo por el voto popular en los próximos comicios. La votación fue seis votos a favor y uno en contra.
Ricardo Lorenzetti, Juan Carlos Maqueda, Elena Highton de Nolasco y Carlos Fayt votaron en bloque mayoritario por la negativa. Carmen Argibay y Enrique Petracchi optaron por la inconstitucionalidad, pero con votos «concurrentes». Mientras que Eugenio Zaffaroni votó por la constitucionalidad, pero se mostró en contra de la reforma del Consejo en general.
Desde el oficialismo, las críticas por la decisión llegaron apenas conocida la decisión de la mano del Jefe de Gabinete de Ministro, Juan Manuel Abal medina.
«El fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación sobre la votación popular del Consejo de la Magistratura es una afrenta al pueblo argentino», afirmó al tiempo que sostuvo que «la profundización de nuestra democracia requiere de la participación del pueblo en todos los poderes esenciales del Estado, más aun en el Poder Judicial».
«Consideramos que los argumentos que se han esgrimido en contra de la democratización de la justicia son débiles no solo desde el punto de vista técnico sino que son absolutamente peligrosos desde el punto de vista político, porque lesionan los principios y valores fundamentales de la democracia y quienes así no lo entienden, indiscutiblemente, le tienen temor al voto de la gente, a la expresión del pueblo. Le temen, en definitiva, al ejercicio de la soberanía popular», afirmó a través de un comunicado.
Al Jefe de Ministros le parece «inconcebible que habiendo cumplido nuestra democracia ya 30 años, algunas instituciones todavía mantengan una visión retrograda, propia de otros siglos» y sostuvo «algunos parecen amarrados con todas sus fuerzas a mantener históricos privilegios, consolidados siempre a espaldas de los argentinos mientras que si hay algo que está en el corazón de esta nueva ley es privilegiar el principio de la soberanía popular».
Abal Medina descartó que la ley sancionada por el Congreso fuera a afectar de ningún modo la independencia del poder judicial a la hora de impartir justicia y resolver cuestiones controversiales aplicando criterios técnicos y las normas vigentes.
«Cuando se sostienen este tipo de argumentos se quiere confundir a la ciudadanía. Por eso es importante insistir en que el propósito de la nueva ley es modificar el proceso de elección de los consejeros, los cuales forman parte de un órgano de gobierno y no desempeñan funciones judiciales, a diferencia de los Jueces para los cuales se mantiene el mismo proceso de selección, de modo que la independencia está garantizada.»
Sin embargo, el Jefe de Gabinete sostuvo que se está trasparentando cada vez mas lo que ocurre en la sociedad argentina en la cual «mientras desde la sociedad civil y aquellos que tenemos representación popular y responsabilidades de gestión pública, construimos una patria cada vez más democrática, las elites corporativas se esfuerzan por mantener su poder, aun a costa de lesionar las instituciones democráticas».
«Los argentinos queremos participar, elegir e ir a una democracia cada vez más plena, pero las corporaciones prefieren esconderle las urnas al pueblo. Y cuando el pueblo no decide, quienes lo hacen, indefectiblemente, vuelcan la balanza contra los intereses populares», agregó.
El funcionario consideró que «algunos siguen soñando con vivir en el mundo de las corporaciones de la Edad Media, pero desde la Revolución Francesa y el voto femenino son los pueblos los que gobiernan nuestra república».
Para finalizar, Abal Medina sostuvo que «n estamos aludiendo a cuestiones abstractas, estamos hablando de la vida de la gente, porque cuando algún poder del Estado argentino le ha dado las espaldas, son los 40 millones de argentinos y fundamentalmente los sectores más vulnerables, los que pagan con calidad de vida la impunidad de unos pocos. Hoy, más que nunca, necesitamos una justicia legítima, eficiente, ágil y de cara a la sociedad. Solamente así sabremos que la democracia, finalmente, seguirá transitando el camino que nuestro pueblo viene reclamando»