Los expertos sostienen que las pérdidas durante la cosecha son altas: la mayoría se produce en el cabezal de la cosechadora y el resto por cola. Así, mientras que las cosechadoras modernas redujeron el porcentaje de pérdidas a menos de un 2% de la producción, las stripper aún se mantienen en un 4%. El director del IIR del INTA Castelar y especialista en mecanización agropecuaria, Oscar Pozzolo, aseguró que “el sistema convencional de cosecha –conocido como stripper–, a pesar de ser muy eficiente, no evita que los granos pierdan su trayecto hacia el interior de la máquina, con la consecuente caída al suelo”. Destacó las mejoras realizadas destinadas a “disminuir las pérdidas de granos” durante la cosecha: “Mediante la redirección del viento generado por el rotor del cabezal y rediseño de sus dientes trilladores obligamos a los granos a seguir hacia el interior de la máquina, evitando que algunos –debido a la turbulencia– caigan al suelo”. En referencia a la posible utilización de esta nueva herramienta en otros cultivos, Pozzolo aseguró que “se pueden trillar todos aquellos cultivos capaces de ser desgranados por una acción de tracción sin daños significativos, como ser el trigo, la cebada, la avena, el poroto, la avena, algunas forrajeras y el lino”. De acuerdo con el especialista, esta innovación se comporta de manera “satisfactoria” por lo que fue patentado a escala nacional e internacional. “Ahora, estamos a la espera de alguna empresa que financie la construcción de un prototipo para verificar en la realidad las bondades mostradas en el diseño teórico”, explicó Pozzolo. El detalle hizo la diferencia El principio de cosecha por arrancado se basa en un rotor de dientes que gira en el sentido inverso a la marcha de la máquina, haciendo pasar las plantas entre los mismos desprendiendo sus frutos. El sistema stripper –recordó Pozzolo– se mantuvo sin modificaciones desde la década del 80 y obtuvo su primera patente en el siglo XIX. “Esto hizo que se distanciara tecnológica y operativamente del resto de los sistemas de trilla, lo que lo relegó a situaciones particulares, a pesar de sus amplias ventajas para la cosechadora al no ingresar paja y para con el lote dejando el rastrojo en pie”, aseguró. En el nuevo desarrollo, el cabezal tiene un rotor transversal con dientes en su periferia distribuidos en 6 u 8 hileras con disposición axial. “Los dientes son de polímeros y poseen una arista metálica, con la que esperamos reducir el desgaste y ayuda a conducir a los granos trillados hacia el interior de la máquina”, explicó Pozzolo. Entre las novedades que presenta este desarrollo se destaca el rotor en el que se posicionan los dientes. El mismo se encuentra cribado y, por dentro, gira un ventilador axial que toma aire por los extremos. Asimismo, entre el ventilador y el cilindro rotor hay un deflector de aire que conduce el viento hacia la zona de desgrane. Esta corriente de aire colabora con el traslado de los granos desde las plantas hacia el interior de la máquina. Además, tiene como objetivo producir una depresión o vacío que redirecciona a aquellos granos que habían perdido el rumbo.
El INTA logra reducir pérdidas de granos durante la cosecha
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