El Presidente de Independiente encabezó la Asamblea de socios, que apenas duró algunos minutos. Le arrojaron sillas, zapatillas y lo escupieron. Pedro Larralde, Secretario General del club, aseguró que no hubo renuncia.
Ya no alcanzan las palabras. Una vez más, la violencia se hizo presente, esta vez en la sede de Independiente, donde el presidente Javier Cantero intentó comandar la asamblea de socios, pero fue duramente agredido y tuvo que refugiarse en una oficina para evitar salir herido.
Tras el hecho, hubo varias versiones que confirmaron una renuncia de Cantero, aunque Pedro Larralde, Secretario General del club, le aseguró al sitio partidario Infierno Rojo que no dejó su cargo.
Cantero estaba rodeado por sus compañeros de la comisión directiva cuando, tras insultos y escupitajos que caían desde los palcos, de repente, y desde una posición frontal, le arrojaron innumerable cantidad de sillas, por lo que las autoridades dejaron el escenario a las corridas.
Antes de esto, Cantero había pedido un minuto de silencio y, acto seguido, quien se encontraba a su lado en el estrado comenzó a leer los nuevos valores de la cuota de socios de Independiente, lo que enfureció aún más a los presentes.