Por Miguel Ángel Criado | Materia
Expertos en lingüística muestran cómo los paisanos del astronauta funden las palabras ‘for’ y ‘a’ haciéndolas indistinguibles. La Historia siempre le negó haber dicho lo que quería decir: «…un pequeño paso para un hombre».
Casi 43 años después, aún no se sabe con certeza qué dijo Neil Armstrong al pisar la Luna el 20 de julio de 1969. Los archivos oficiales de la NASA recogen la tradicional “That’s one small step for man; one giant leap for mankind” (Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad). Pero Armstrong se fue a la tumba insistiendo en que él había dicho for a man (para un hombre). La presencia de una simple a cambia por completo el sentido de la frase. De una absurda repetición hombre-humanidad, se pasa a toda la carga simbólica y poética de “Este es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”. Ahora, expertos en lingüística y acústica le dan la razón al astronauta y culpan a su acento de la confusión.
Investigadores de varias universidades de Estados Unidos han comprobado que los habitantes de la zona en la que nació y se crió Armstrong (en la ciudad de Wapakoneta, en el área central del estado de Ohio) tienen una forma de hablar en la que suelen fundir los lexemas for y a en fora haciéndolo indistinguible de la fonética de for, que se corresponde con la [fɚ] del Alfabeto Fonético Internacional.
“Aunque nunca sabremos de forma definitiva qué dijo Armstrong cuando pisó la Luna, una tormenta perfecta de factores, como la duración de la frase, la coarticulación y el ruido en la transmisión de la señal apuntan a que él dijo for a man, pero lo percibimos como for man“, dice Melissa Baese-Berk, del Departamento de Ciencias y Desórdenes de la Comuniación de la Universidad Estatal de Michigan.
Baese-Berk, su compañera de departamento, Laura Dilley, experta en percepción del habla en adultos, y el psicólogo de la Universidad Estatal de Ohio (OSU), Mark Pitt, echaron mano del Buckeye Corpus for Conversational Speech, una base de datos elaborada por Pitt hace años en la que registró largas conversaciones entre 40 habitantes de las zonas centrales de Ohio para comparar su acento, giros y modismos con la frase de su vecino Armstrong.
Los investigadores transcribieron fonéticamente y ortográficamente las charlas del Buckeye Corpus y alinearon temporalmente las transcripciones con el archivo de audio para establecer la duración específica de cada frase. Extrajeron los 191 casos en los que aparecía la palabra for antes de a y muchos otros en las que era seguida por un sustantivo para realizar comparaciones. Hay que tener en cuenta que en la gramática inglesa, como en el caso de la frase de Armstrong, la presencia o ausencia del artículo indefinido a no invalida la frase pero le puede dar un significado muy diferente. Aquí, su ausencia suponía usar hombre como sinónimo de humanidad.
Vídeo | Armstrong desciende del ‘Eagle’ pronunciando la frase al final. / NASA Johnson Space Center
“Los ohioneses centrales suelen fundir las palabras for y a cuando hablan entre ellos”, explica Pitt, responsable del Laboratorio de Percepción del Lenguaje de la OSU. “En las mejores condiciones, puede ser difícil para un oyente distinguir si se han pronunciado las dos. Y hablar desde la Luna no es la mejor de las condiciones”, añade.
Tal y como explicaron el viernes en el Congreso Internacional de Acústica, celebrado en Montreal (Canadá), los investigadores obtuvieron también un espectrograma de las 191 muestras. Su objetivo era detectar y confirmar el patron de fusión entre ambas palabras, midiendo su tono, ritmo y el tiempo de separación entre las dos. Descartaron superponer esos espectogramas con el de la frase de Armstrong “porque tiene mucho ruido”, aclara Baese-Berk.
La confesión del hermano
En los archivos de la NASA se recuerda cómo, en 2006, el periodista Peter Shann Ford aseguró haber localizado la palabra a en la onda de la transmisión de Armstrong. Pero posteriores análisis acústicos llevados a cabo por expertos de todo el mundo descartaron su validez. Tanto es así que el propio astronauta se convenció de que igual pudo olvidar decirla. A lo que más ha llegado la NASA es a ponerla entre corchetes como reconocimiento a la intención de Armstrong.
Pero los investigadores creen que las piezas encajan. La duración de la parte polémica de la frase de Armstrong fue de 0,127 segundos. Más de 160 de las muestras analizadas del habla de sus vecinos ohioneses encajan con ese lapso de tiempo. El problema, como explican en su investigación es que la superposición es tal que “los datos de tiempo de [fɚ] en la grabación original de Armstrong son altamente compatibles tanto con las interpretaciones a favor de for como de for a“. Por eso sostienen que, al menos desde el punto de vista lingüístico y de la fonética, habría que hacer caso a Armstrong y, aunque el dichoso a no aparezca en los espectrogramas, reconocer que dijo lo que quería decir.
Las conclusiones de Baese-Berk y sus colegas coinciden con lo que el hermano menor de Armstrong dijo hace unos meses en un documental de la BBC. Entonces, Dean Armstrong desmontó la idea que su propio hermano había ido construyendo desde 1969 de que la frase la improvisó poco antes de pisar la Luna. En realidad, el propio Neil le enseñaría la famosa frase escrita en un papel a Dean meses antes de subirse al Apolo 11. Pero, en el texto escrito faltaba el artículo indeterminado. Y Neil le dijo entonces: “Será este es un pequeño paso para un hombre…”