Es un clásico del botiquín. Un infaltable. Hay opciones de muchas marcas y de diferentes dosis y, en general, en la mayoría de los hogares, es la «droga» más usada por las distintas edades. El ibuprofeno, un antiinflamatorio y analgésico de venta libre, se ha convertido en uno de los medicamentos más vendidos y usados en todo el mundo. Tanto, que algunas sociedades científicas han encendido el alerta y comenzaron a hablar de «excesos riesgosos».
Fue el caso de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC), que acaba de advertir que «la alta dosificación de ibuprofeno que se aplica para dolores leves y moderados» puede llegar a ser riesgosa para la salud. En España es habitual el consumo de 600 miligramos, mientras que lo más correcto sería una dosis de 400, dice. «No se puede afirmar que con 800 miligramos no aumente el riesgo de evento cardiovascular», informó, y aseguró que más de 8,5 millones de españoles reciben dosis diarias de ibuprofeno superiores a las recomendadas.
La presidenta del Comité Científico de la Sefac, Neus Caelles, alertó que «las presentaciones de 600 miligramos de ibuprofeno representan el 80% del total de unidades vendidas, cuando su dosis debería de ser la mitad».
Según Caelles, tomar ibuprofeno de 400 miligramos tres veces al día consigue controlar el dolor y la inflamación en procesos leves y moderados, aunque en España sólo se dispensa esta dosis en un 4,8% de los casos. En Europa esa cifra asciende hasta el 54%.
Según los expertos, los efectos secundarios de este fármaco se incrementan a medida que aumenta la dosis. «El riesgo de sufrir un evento cardiovascular con dosis de 400 miligramos no está incrementado, algo que no se puede afirmar en el caso de los 800 miligramos», explican en la Sefac.
El exceso de ibuprofeno, y con uso prolongado, aumenta notablemente el riesgo de daños gástricos, hepáticos y renales. Entre sus efectos adversos más leves, la OMS enumera diarrea, mareos, cuadros de nerviosismo y dolor de cabeza, y cuando la sobredosis es grave puede provocar taquicardia o fibrilación auricular, entre otras complicaciones.
En Argentina no se publican (o no se difunden) datos sobre el tema, pero el mercado muestra algunas tendencias: en los últimos años, las «cajitas» de ibuprofeno en las farmacias no sólo se fueron multiplicando de la mano de distintas marcas sino que las dosis fueron creciendo a la par de las ventas: en un estante, son muchas más las opciones de 600 mg que las de 200 mg. Además, el ibuprofeno figura entre los más consumidos en los estudios sobre automedicación.
El problema de la automedicación es serio en nuestro país: diversos estudios revelan que casi la mitad de los argentinos se automedica o toma medicamentos que les recomienda un amigo o un familiar. El 50% de la población toma medicamentos en forma incorrecta, y esto causa el 5% de las internaciones hospitalarias y cerca de 10.000 muertes por año.
Según el Colegio de Farmacéuticos de la Capital Federal, el 8% de los medicamentos que existen en el mercado pueden comprarse sin receta, pero la realidad demuestra que el 30% de las ventas se realizan sin prescripción médica. Y una encuesta realizada por la farmacéutica Gabriela Kregar, becaria del Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Buenos Aires, halló que la aspirina es utilizada por el 50% de las personas que se automedican, seguida por la amoxicilina (42%) y el ibuprofeno (38 por ciento).
Un grupo de estudiantes de la Orientación de Publicidad de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA lanzó una campaña de concientización sobre el tema. Se llama «No te confundas» y apunta contra el mal uso de los medicamentos de venta libre, advirtiendo sobre los riesgos y promoviendo un uso responsable de los mismos.
Vale aclarar: con una ingesta moderada y las indicaciones de un profesional de la salud, su consumo no presenta mayores problemas.