En la actualidad los adolescentes, y cada vez más los niños, tienen acceso a internet. Se relacionan de distinta manera a cuando éramos nosotros los niños. Estos nuevos modos de relación incluyen la cibernética y también la violencia.
Violencia, no es nada nuevo. La violencia ha existido siempre… Pero la violencia bajo la forma de acoso hacia otra persona ¿también es de siempre? Antaño se decía “lo tienen de punto” hoy se dice “es víctima de bullying”.
Hemos escuchado en el último tiempo noticias acerca del bullying. ¿Qué es eso? El bullying significa “acoso” y se usa generalmente haciendo referencia al acoso escolar, al acoso que surge dentro del marco de la escuela o institución educativa.
El o los agresores -porque a veces el bullying es ejercido por un grupo de personas- atacan o acosan a la victima generalmente cuando ésta se encuentra sola. Buscan lugares pocos concurridos. No es solo un empujón o algún comentario despectivo o burlón. Va más allá de eso. Tiene que ver con una situación que, sostenida en el tiempo, puede provocar conflictos y dejar secuela en quien es víctima del bullying.
El bullying en sus diversas formas se puede presentar como violencia física, persecución y manipulación, insultos, humillaciones y desprecios públicos, exclusión de la víctima. Una nueva forma de persecución es la llamada cyberbullying, que es aquella que se ejerce a través de las redes sociales o internet.
Si bien es una conducta que se observaba claramente en el periodo del colegio secundario, se han empezado a conocer casos en la escuela primaria también.
Intentando prevenir el bullying. Si bien la prevención de este tipo de conductas agresivas y discriminatorias conforman una tarea conjunta por parte de la sociedad, las instituciones (escolares, deportivas, religiosas, etc.), medios de comunicación y el Estado, cada familia es quien de la mejor manera puede colaborar para evitar que algún integrante de ella sufra bullying.
La familia también es una institución pero a nivel micro, y es la que “enseña” los valores y lo que se puede y lo que no se puede en una sociedad. Como dice el refrán “se predica con el ejemplo”, con lo cual, cada familia tiene que ser consistente entre lo que dice y lo que hace. El actuar tiene que ser coherente con lo que cada familia propone.
Un aspecto a tener en cuenta- quizá el más importante- es poder dirigirnos a nuestros hijos con amor, generando vínculos de confianza. Estos vínculos serán sin dudas los que permitirán que nuestros hijos sepan que si algo les sucede pueden contar con nosotros. Que frente a algo desagradable, tienen a quien recurrir. Que siempre van a tener alguien que responda por ellos. Un trabajo difícil pero no imposible, que sentara las bases de confianza de hijos hacia sus padres.
Lic. Valeria Pereira
La Lic. Valeria Pereira es Psicologa egresada de la Universidad de Buenos Aires. Con una experiencia de mas de 10 años se especializa en Niños y Orientacion a Padres y tiene un fuerte compromiso comunitario. Ademas, organiza talleres en escuelas y escribe articulos para revistas de actualidad. Contacto: licpereira@gmail.com, www.facebook.com/licvaleriapereira