La condena que recibió Carlos Menem generó un impacto enorme en la sociedad, porque se trata del primer presidente elegido democráticamente que es sentenciado a prisión por la Justicia.
De todos modos, el anuncio pierde contundencia cuando se repara en que la pena de cumplimiento efectivo aún no se puede ejecutar por algunas razones: el ex jefe de Estado tiene fueros por su condición de senador nacional por la provincia de La Rioja; el fallo será apelado y tendrá que ser revisado por la Corte Suprema.
Para que el beneficio de ocupar una banca deje de actuar como amparo ante la condena, primero deberá iniciarse un trámite de desafuero (ya fue solicitado) ante la Cámara alta.
Para los impulsores de la causa, el tema de los fueros es el obstáculo más complicado de sortear: creen que los que se vieron beneficiados en la década del 90 (por las políticas menemistas) tratarán de contener el avance sobre el ex mandatario.
De todos modos, una vez que se den todos los pasos procesales, el ex presidente no irá a la cárcel porque es mayor de 70 años, lo que le permitirá acogerse al beneficio de prisión domiciliaria.
Fuente > infobae.com