Timerman participará de distintos eventos relacionados con el Tratado y dará su discurso junto a Ban Ki-Moon al momento de abrir la firma del mismo. El Tratado sobre el Comercio de Armas es el primer instrumento internacional para regular las transferencias de armas convencionales, a fin de prevenir y combatir su tráfico ilegal. Las Naciones Unidas señalan que, hasta hoy, la falta de regulaciones en la exportación de armas convencionales ha permitido que éstas sean derivadas al tráfico ilegal, que alimenta la inseguridad ciudadana, la violencia de las organizaciones criminales transnacionales, la concreción de actos terroristas, entre otras violaciones al derecho internacional vigente. La Argentina desde el inicio formó parte del grupo de siete países que, en el ámbito de las Naciones Unidas, impulsara esta iniciativa, la que demandó casi ocho años de trabajo sostenido. Esta acción que nuestro país ha desarrollado junto con Australia, Costa Rica, Finlandia, Kenia, Japón y el Reino Unido, sobre la base de una idea del ex Presidente de Costa Rica y premio Nobel de la Paz, Oscar Arias, hoy ha culminado en este importante Tratado, En este marco, la misión argentina ante las Naciones Unidas, en la persona de la embajadora Marita Perceval, ocupó este año una de las vicepresidencias en representación de América Latina y el Caribe, contribuyendo a lograr los acuerdos necesarios para la adopción del Tratado. Además de los países, las organizaciones no gubernamentales que trabajan sobre el tráfico ilícito de armas, derechos humanos y derecho internacional humanitario tuvieron un papel fundamental en este proceso. El Tratado fue adoptado por las Naciones Unidas el pasado 2 de abril. La Asamblea General lo aprobó con 153 votos a favor, 3 en contra y 23 abstenciones. La firma del tratado por distintos Estados que se producirá mañana, permitirá la puesta en funcionamiento del mismo. El Tratado (ATT por sus siglas en inglés) establece criterios específicos para que los Estados evalúen cualquier operación de importación o exportación de armas convencionales. El objetivo es prevenir que las armas involucradas en esas operaciones deriven en el mercado ilícito, ya sea dentro del país comprador, o mediante su tráfico ilegal hacia terceros países, que sean utilizadas para cometer actos terroristas, crímenes de lesa humanidad o violaciones del derecho internacional humanitario. Mediante este tratado, los países se comprometen a hacerse responsables por las ventas de armas y subordinar estas operaciones al derecho internacional, estableciendo sistemas nacionales de control de exportaciones, cuando no los tuvieran.
Timerman participa en Nueva York de la firma del primer tratado internacional sobre comercio de armas
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