Una arriesgada campaña publicitaria para concientizar a los automovilistas sobre el manejo con responsabilidad fue puesta en circulación por una reconocida agencia internacional de publicidad denominada Leo Burntt Worldwide, en Londres, Inglaterra.
Las escenas transcurren en un baño público, donde los hombres acuden a lavarse las manos frente a un espejo. En pleno proceso de enjuague, el espejo se rompe como el parabrisas de un vehículo en un choque, y de un momento a otro aparece el rostro de una mujer ensangrentada que termina de atemorizar al supuesto conductor.
Como toda propaganda, uno de sus principales objetivos es llamar la atención. Podría decirse que lo lograron. Sin embargo, el contenido visual del mensaje y su eficacia son cuestiones que quedan a discusión de quienes hayan observado las imágenes. La secuencia termina con la frase: «¿Qué impacto podría tener una bebida en su noche de fiesta? No maneje cuando tome». En Twitter los comentarios se llevan a cabo en el hashtag #publooshocker