Hoy en día hay que tener cuidado de las computadoras y las imágenes que se dejan grabadas en los discos rígidos. También hay que ser precavidos con los dispositivos portables, como cámaras o celulares.
Pero en el pasado, había un elemento a vigilar con mucho cuidado si no se quería que una imagen se filtrara: los negativos. Y, al parecer, Adolf Hitler no fue tan precavido como hubiera debido.
Sucede que el dictador nazi se sacó fotos mientras practicaba para unos discursos. La idea era que nunca trascendieran y por eso ordenó destruir las copias y sus negativos.
Pero su fotógrafo personal Heinrich Hoffmann decidió ignorar la orden y se guardó esos documentos, que hoy se dieron a conocer como fotografías inéditas.
Las imágenes constituyen una clara muestra de cómo el dictador ensayaba las técnicas de retórica y el arte de presentarse ante el público.
Las fotos fueron tomadas ya que Hitler quería verse a sí mismo en acción, para poder perfeccionar sus presentaciones.
Y el elegido para esa tarea fue Hoffmann, en cuyo taller trabajaba la futura esposa del Führer, Eva Braun. De hecho, fue él quien se la presentó al entonces líder nazi.
Ignorando al FührerAunque el Führer quería destruir los negativos, Hoffman deliberadamente ignoró sus deseos y así las fotografías lograron sobrevivir en varios archivos diferentes.
En 1955, Hoffmann publicó algunas fotos de su archivo en su libro de memorias «Hitler fue mi amigo», para mostrar los gestos enfáticos que ensayaba Hitler para conferir mayor expresividad a sus discursos llenos de odio.
Las fotos fueron guardadas en el estudio de Hoffmann hasta su detención a finales de la guerra, para después desaparecer en distintos archivos.
«Adolf Hitler parece un bufón en algunas de las fotos, pero esto demuestra que él estaba experimentando con su imagen. Es decir, Hitler fue un político muy moderno para su época», escribió Hoffmann en el prefacio de su libro.
El fotógrafo fue detenido en los últimos días de la II Guerra Mundial por las fuerzas armadas estadounidenses y más tarde fue condenado a diez años de cárcel por alta actividad pro-nazi. Falleció en Múnich en 1957, recordó el sitio RT.