Jodi Rose, es una artista australiana que viaja por el mundo registrando las vibraciones de las estructuras de los puentes para su proyecto musical «Singing Bridges». Un día cuando conoció «Le Pont du Diable», un puente de 600 años de antigüedad al sur de Francia, supo que había encontrado al amor de su vida. La boda tuvo lugar el 17 de junio en uno de los accesos del puente (en teoría el novio), a la que asistieron 14 invitados entre los que destacaban el alcalde de Saint-Jean-de-Fos, un pueblo vecino al puente. La novia lució un bello vestido color marfil, un velo sostenido por un fresco tocado de rosas en tonos pastel y en las manos llevaba un sencillo ramo de las mismas flores. Por su parte el novio, es decir el puente, lucia firme, limpio y seguro. Este tipo de «uniones» no están reconocidas por el gobierno francés, Jodi afirma que su unión es tan fuerte como la de cualquier matrimonio convencional. Jodi escribió en su blog: «Aunque respeto aquellos cuyos sentimientos románticos y sexuales están orientados hacia los objetos, el mío es un asunto simbólico, una visión pagana-animista de la vibración espiritual en todas las cosas». En cuanto a la fidelidad, Jodi es muy liberal y afirma que el puente con el que contrajo matrimonio sabe que ella ama a otros puentes y también a otros hombres. Aunque su relación parece tener buenos cimientos, esperamos que el puente este de acuerdo con la apertura que maneja Jodi. La historia del novio, Le Pont du Diable (El puente del Diablo), cuenta que fue construido por monjes benedictinos en el siglo XI sobre el cause del río Hérault. Jodi dice que encontró en el puente todo lo que busca en una pareja, es fuerte, confiable, seguro y muy lindo, además indica: «No es la longevidad del arco de su espalda, él se ha mantenido durante 600 años y se seguirá en píe 600 más».
Mujer se casó con un puente
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