El pasado como operario de radar durante la Segunda Guerra Mundial de Engelbart generó la inspiración para la futura creación del mouse.
Pero no sería hasta los años 60 en que este inventor diagramara los primeros bocetos para mejorar la interacción de los humanos con la computadora.
Engelbart falleció ayer por la noche, a los 88 años, dejando un legado gigantesco en la informática moderna.
Su visión sirvió para que los ingenieros de Xerox PARC llegaran finalmente a un mejor diseño del mouse, empleado la Xerox Alto, la primera computadora personal con interfaz gráfica.
El mouse, finalmente, sería el accesorio por excelencia para las computadoras comerciales. El paso más importante en ese sentido lo dio Apple con su Mac, en 1984.
«Trabajar con el mouse era más rápido y con él se cometían menos errores”, afirmó el inventor en una de sus tantas entrevistas. «Nadie logra recordar quién empezó a llamarlo mouse. Me sorprende que el nombre se haya popularizado», agregó.
Engelbart recibió en 1948 un título de grado en ingeniería eléctrica de la Oregon State University; otro de grado en ingeniería de la Universidad de Berkeley en 1952; y un tercero, un doctorado en Berkeley, en 1955.
Engelbart trabajó además sobre numerosos elementos vinculados con la interfaz de las computadoras actuales, como las ventanas múltiples, y dio pasos importantes para la creación de ARPAnet, sistema que finalmente daría paso a la internet actual.
Su sistema oNLine System (NLS) permitía que investigadores pudieran compartir entre ellos y al mismo tiempo acceder a bibliotecas electrónicas. Todo ello quedó plasmado en una demostración realizada en 1968: se sentó frente a un mouse, teclado y demás controles y proyectó la pantalla de la computadora.
Mostró entonces cómo se podía emplear un mouse para controlar el equipo, editando o moviendo elementos. Dejaba atrás la era de las tarjetas perforadas.
La demostración fue tan contundente que al poco tiempo pasaría a conocerse como “la madre de todas las demos”: