Como en Argentina no se registran casos autóctonos de sarampión desde el 2000, y con motivo de los festejos que presidirá el Papa Francisco entre el 23 y 28 de julio en Río de Janeiro, Brasil, la cartera sanitaria recomienda a los viajeros que verifiquen contar con la vacunación contra Sarampión y Rubéola al día para reducir el riesgo de contraer y reintroducir la enfermedad en nuestro país. A la vez insta a los profesionales de la salud a controlar el carnet de vacunación en cada consulta y sensibilizar la sospecha, notificación oportuna y estudio de los viajeros a su retorno. Los viajes internacionales pueden ser motivo para adquirir o transmitir enfermedades y así cambiar el escenario epidemiológico existente. Actualmente, el sarampión es una enfermedad en proceso de eliminación en América y otras regiones del mundo. Si bien en Brasil el virus del sarampión fue eliminado hace más de 10 años, el 21 de enero de este año se notificó el primer caso importado en San Pablo y hasta fines de junio se han confirmado un total de 68 casos. Por este motivo, las autoridades sanitarias aconsejan la vacunación a todos aquellos niños entre 13 meses y 5 años que no pudieran acreditar una dosis de vacuna triple viral (correspondiente a calendario de vacunación) y a todas las personas entre 6 y 50 años que no pudieran acreditar dos dosis de vacuna con componente anti-sarampión aplicadas después del primer año de vida. A quienes no cumplen con estos requisitos se les recomienda recibir la vacuna protectora. En Argentina no se han registrado epidemias desde 1998 y el último caso de sarampión fue notificado en 2000. Dos años después se consideró como interrumpida la transmisión endémica del virus en América gracias a las campañas nacionales de vacunación que se llevan a cabo para evitar la reintroducción de esta y otras enfermedades eliminadas del continente. Sin embargo, se debe mantener el alerta porque si alguien que no tiene protección adecuada se expone al contagio, puede a su vez contagiar a quienes no están protegidos y desencadenar brotes locales. El sarampión: qué es y cómo puede prevenirse Es una enfermedad muy contagiosa de origen viral que se transmite por vía aérea y se propaga fácilmente cuando la persona infectada elimina secreciones respiratorias al hablar, toser o estornudar o bien simplemente por estar en contacto con cualquier objeto contaminado. Los síntomas iniciales suelen aparecer entre 8 y 12 días después de la infección y son fiebre alta; secreción nasal, conjuntivitis y tos; pequeñas manchas blancas en la cara interna de la mejilla, y erupción en la cara y cuello que se va extendiendo al resto del cuerpo. Las complicaciones pueden ser por el mismo virus o por una sobreinfección bacteriana, e incluyen diarrea intensa, infecciones al oído, laringotraqueobronquitis (crup), neumonía, meningoencefalitis, convulsiones y ocasionalmente la muerte. Si bien todos podemos tener sarampión, el virus afecta sobre todo a los niños y los casos más graves se dan en lactantes, menores de 5 años, desnutridos y adultos con inmunodeficiencias con una letalidad de entre el 3 y 6 por ciento de los casos. La misma constituye un riesgo para todas las personas que no han padecido la enfermedad o que no han sido inmunizadas. No hay un tratamiento específico y las medidas preventivas se basan fundamentalmente en la vacunación oportuna de la población susceptible. La vacuna contra el sarampión es una vacuna elaborada con el virus vivo y atenuado contenido en la vacuna Triple Viral, que también protege contra la rubéola y las paperas. Esta inmunización es obligatoria y debe ser aplicada a los niños al cumplir el año de vida con un refuerzo al ingreso escolar, según el Calendario Nacional de Vacunación. También se aplica una dosis a los 11 años a aquellos niños que no hubieran recibido las dos dosis correspondientes.
Recomiendan a viajeros a Río la vacuna antisarampionosa
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