ampliar «El interés de Italia está por encima de todo (…) El gobierno debe seguir adelante y el Parlamento debe continuar para realizar la reforma que impulsa el gobierno «, afirmó Berlusconi, desde un pequeño palco instalado frente a su residencia en Roma y rodeado por miles de conmovidos simpatizantes. A diferencia de las declaraciones explosivas del coordinador de su coalición, Sandro Bondi, quien unas horas antes había advertido que la condena contra Berlusconi podía desatar una «guerra civil» en Italia, el veterano dirigente de 76 años se mostró más cauto. «Si un domingo, 4 de agosto, con 40 grados a la sombra y el asfalto que quema y tras horas de viaje, una marea de gente vino para demostrarme su afecto, yo me siento en el deber mantener mi compromiso y seguir adelante con aún más entusiasmo y pasión», agradeció, según la agencia de noticias EFE. Berlusconi recibió el jueves pasado su primera condena en firme por una caso de evasión fiscal y aún tiene muchos juicios en proceso y espera la sentencia definitiva en otras causas; sin embargo, sigue siendo el líder de la segunda fuerza política de Italia y uno de los socios necesarios del actual gobierno. El ex primer ministro y actual senador obtuvo la segunda minoría en las últimas elecciones, lo que le permitió conservar un poder decisivo durante la paralisis institucional que siguió a los comicios y, finalmente, obtener para su partido un lugar central en el actual gobierno de transición del centrista Enrique Letta. Por eso hoy miles de militantes y simpatizantes de su partido, Forza Italia, se concentraron frente a la puerta de su palacete romano para demostrarle su apoyo. Berlusconi, visiblemente emocionado y de estricto traje y corbate a pesar del calor, reiteró que es «inocente» y que está pasando «días de angustia y de dolor» tras escuchar la sentencia del Tribunal Supremo que lo condenó a cuatro años de prisión, que se reducirán a sólo uno y a cumplir en su domicilio. Como lo viene haciendo desde que comenzó la lluvia de denuncias, acusaciones y juicios en su contra, Il Cavaliere arremetió contra el Poder Judicial. «La magistratura quiere dejarme fuera (de la política) durante veinte años, ahora lograron su objetivo», lamentó el veterano dirigente, que inmediatamente aclaró que «no se rinde» ni renuncia a la política. A pesar del tono dramático del ex primer ministro, el fallo del Tribunal Supremo del jueves pasado no confirmó su inhabilitación para la función pública, sino que delegó esa decisión en la Corte de Apelaciones de Milán, evitando el punto más sensible de la condena y retrasando una nueva crisis política en el país.
Berlusconi : «El interés de Italia está por encima de todo»
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