Por segundo día consecutivo, la Presidenta mantuvo ayer su retiro en la Quinta de Olivos en el que continuó con el punteo de los resultados del domingo distrito por distrito, tratando de entender las razones de la derrota electoral.
Junto a Máximo Kirchner, Carlos Zannini, Oscar Parrilli, Juan Manuel Abal Medina y los camporistas Andrés “Cuervo” Larroque y Eduardo “Wado” De Pedro, fue repasando cuáles intendentes “jugaron bien” y cuáles no respondieron a las expectativas. Varias veces durante la jornada, la Presidenta llamó personalmente por teléfono a diputados, senadores y ministros para consultarlos personalmente qué había pasado en tal o cuál municipio, confirmaron fuentes de la Casa Rosada y el Congreso, donde crecía la expectativa porque la Presidenta pueda convocar a un encuentro en los próximos días para amalgamar fuerzas y arreciaban una vez más las versiones sobre posibles retoques en el gabinete.
“Ojalá arme un comando de campaña como la gente y nos metamos en serio a recorrer el territorio porque hasta ahora todo fue a los ponchazos”, comentó un dirigente bonaerense con la modesta aspiración de descontar en algo la ventaja de cara octubre. Pero su fantasma y el de la mayoría de los dirigentes kirchneristas consultados es que el doble juego de los intendentes se potencie y Sergio Massa agrande su ventaja.
El ex intendente de José C. Paz Mario Ishii, aquel ultra K que tras la derrota de 2009 amenazó con salir a la “caza de los traidores” ayer asumió la derrota del domingo como “una cagada a palos tremenda” porque “la sociedad está enojada con la gestión de Cristina”. Como si fuera poco, trató en público con cariño al tigrense: “Fue muy grande el aluvión de votos para el compañero Sergio”, dijo por radio 10.
En Bahía Blanca, donde el Frente para la Victoria quedó cuarto en la elección para concejales que ganó el denarvaísmo, llovieron acusaciones desde el sciolismo y el kirchnerismo hacia el intendente local, Gustavo Bevilacqua, por haberse inclinado hacia el massismo, que de cualquier modo apenas alcanzó el tercero puesto.
Tratando de llevar algo de calma, el intendente de Lanús, Darío Díaz Pérez, otro que sufrió un duro traspié el domingo, garantizó que “no va a haber ninguna estampida” de jefes comunales a los brazos del Frente Renovador.
A las 18.20 de ayer, Cristina pisó al fin la Casa Rosada, con un despliegue de la custodia en el Patio de las Palmeras para que los periodistas acreditados no accedieran a ella. La seguía de cerca Florencio Randazzo que le había preparado algunas carpetas para mostrarle. Un rato después, la Presidenta recibió al titular de la AFIP. Ricardo Echegaray.
Un cronista de Radio del Plata alcanzó a preguntarle a Zannini por el desafío que le aguarda al gobierno: “No es nada comparado con lo que tuvo que afrontar Néstor Kirchner en 2009”, respondió el secretario de Legal y Técnica, a tono con el llamado a “desdramatizar” de Daniel Scioli y Martín Insaurralde.
En principio, la Presidenta deberá reemplazar a dos de sus ministros, el de Salud, Juan Manzur (triunfador el domingo en Tucumán), y el de Agricultura, Norberto Yahuar (que sufrió una dura derrota en Chubut), cuando asuman sus bancas en diciembre. Pero como en otros momentos complicados de la gestión, ayer volvieron los rumores sobre posibles modificaciones en el gabinete: el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, y el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, figuran al tope de las especulaciones en los despachos en los que se asume que la gestión económica es uno de los flancos más débiles al que apuntó el voto castigo del domingo.
La Presidenta reaparecerá en público hoy al mediodía en Tecnópolis, para un anuncio de donación de minibuses para escuelas agrarias. Luego viajará al Paraguay para participar el jueves de la asunción del nuevo presidente Horacio Cartés. De allí volaría a Santa Cruz.
Fuente: http://www.clarin.com/politica/Silencio-reproches-temor-reves-octubre_0_974302581.html