Magui Bravi es una de las chicas surgidas en un reality que más trabajo tiene. Divide sus días entre la actuación, la conducción y la danza. La diosa de Multitalent estudió teatro, se animó a la conducción con “Style It” y se volvió a subir a las tablas en Los Grimaldi, junto a Nazarena Vélez. Esta semana, confesó a la revista Gente: “En la tele hay demasiada gente sin ningún talento”. Con esas palabras, encendió la polémica. Ella, mientras tanto, apuesta al trabajo. “A pesas supe que no iba a estar el Bailando 2013 empecé a tomar clases de teatro, de canto y de locución, para ser más versátil. El medio es muy complicado y cambiante, y en la tele no hay lugar para los bailarines. Supongo que Marcelo (Tinelli) quiso darle un respiro al formato, y seguramente está en lo cierto, porque para estas cosas es un mago”, confesó Magui. A la hora de responder a quien le gustaría entrevistar, no dudó: “Definitivamente a Susana, ¡aunque sea un ratito! También a Tinelli y a Mario Pergolini… ¡Pero nunca dan notas! Y si me dejás volar más, me encantaría tener enfrente al Indio Solari: mi papá es fanático de Los Redondos y crecí escuchando sus temas”. Bravi siempre apostó por el Espectáculo. De los 6 a los 17, su vida fue la danza. Pero debió renunciar al ballet de Iñaki Urlezaga en La Plata por presentar un cuadro de bulimia a esa edad. “Siempre tuve problemas por buscar un cuerpo border, muy etéreo, de treinta kilos, en un mundo de ensayos de doce horas, todos los días. Es muy común que se den estos trastornos. Soy re flaca, pero para la danza no alcanza. Hoy en día me siguen llegando cartas de chicas y chicos a quienes les pasó lo mismo y después de conocer mi historia se animaron a hablar con sus familias”, confesó a Gente. Luego, cursó Filosofía y fue azafata de Lan, pero el sueño de bailar fue más y apostó todo en “Soñando por Bailar 2”. Ganó el certamen y fue subcampeona de “Bailando por un Sueño” tras perder ante, nada más y nada menos, Hernán Piquín. “Desde que puedo hacer lo que me gusta me siento más libre”, dice la mujer que lloró ante el público tras el triunfo en el reality que le dio su gran paso al certamen de ShowMatch. Ese día, se conoció que su madre estaba internada por una enfermedad mental. “Gracias a Dios, mi mamá ya tiene el alta, está en su casa y es mi felicidad total. Recién ahora podemos tener un ida y vuelta normal entre madre e hija”, dice hoy. Magui confesó que cosechó más amigos en sus años de azafata. “Confié y me traicionaron”, afirmó a la revista y relató historias de la época en que vivía a bordo: “Hay quienes se persignan, lloran, vomitan o se hacen pis encima. ¡Me han llegado a pedir que me quedara sentada a su lado todo el vuelo!”. Después de haber pisado las tablas en “Nada es imposible”, la Bravi contó los días hasta que llegó el debut en Córdoba el pasado 8 de agosto con “Los Grimaldi”. “Tenía muchas ganas de trabajar con Nazarena Vélez, con quien habíamos tenido conversaciones en su momento y no habíamos llegado a nada concreto”, dijo la sensual bailarina. Finalmente, llegó el día y se muestra muy feliz por esta nueva oportunidad donde apuesta más por la actuación. Por Claudia Seta @setaclaudia
Magui Bravi: «En la tele hay demasiada gente sin ningún talento»
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