Juan María Nimo es un piloto profesional de motrocross, que en 2006 sufrió una caída durante una carrera en Chile que le produjo una lesión medular que lo obliga a usar silla de ruedas. “Quiero mostrar otra perspectiva de las capacidades diferentes, alejada de las sensaciones de la lástima, el morbo y la visión hospitalaria y ejemplificadora con las que se las vincula”, explicó. Para ello, Nimo se propuso unir su ciudad, Neuquén, con la Ciudad de Buenos Aires, durante septiembre a bordo de una silla de ruedas maratón de tracción manual. El recorrido, que comenzó el domingo primero de Septiembre en el puente carretero de Nequén y finalizará 20 días más tarde en el Obelisco será realizado junto a un preparador físico, tres personas dedicadas a la logística y otras dos encargadas a conducir los vehículos de seguridad y una casilla para dormir. El joven detalló que “haré un promedio de 60 km por día. Estaré entre 6 y 13 horas por día remándola” y dijo que “haré noche en distintas ciudades”. El desafío comenzó en Nequén y seguirá por Regina, Choele Choel, Río Colorado, Bahía Blanca, Dorrego, Tres Arroyos, Olavarría, Azul, Chillar, Las Flores, Monte, Cañuelas, Avellaneda hasta llegar a la Autopista, por la que arribará a la CABA. “Voy por un record mundial e histórico. Siempre entrené muy duro y, pese a todo, lucho para conseguir los medios para seguir corriendo”, destacó. Nimo subrayó que tras el accidente que sufrió a sus 18 años “fui adaptando cada deporte a mi interés y a mi condición” aunque aclaró que le costó convencer a las autoridades deportivas “que me acepten, me integren y me permitan ser un profesional”. «Fui el primer piloto de autos de pista con mandos al volante mecánicos no electrónicos, incursioné en el rally, volví a competir en carreras de motocross, hice acrobacias aéreas y danzas”, precisó. Amante de los deportes extremos, Juan también practicó karting, supermoto, jet ski, moto de agua, wakeboard y piloteó aviones. “Afronté todo con muy poco presupuesto ya que no resulta sencillo encontrar empresas y sponsors comprometidos a ayudar a demostrar que una persona con capacidades diferentes puede dedicarse a lo que le apasiona”, analizó. El deportista contó que también quiere demostrar con esta iniciativa su «alto nivel de profesionalismo; demostrar que estoy apto y que aún en mi condición soy capaz de enfrentar nuevos y ambiciosos desafíos”. “Nadie tiene comprado ni asegurado nada en la vida, a cualquiera puede sucederle que un día su vida cambie de un segundo al otro”, consideró el joven y añadió que “hay cuestiones que no diferencian clase social, raza, sexo, ni edad y ahí radica la importancia de demostrar que existe una continuidad de la vida”. Además, afirmó que “más allá de la posibilidad de una recuperación, la vida continúa para seguir sanando, para seguir haciendo, para seguir soñando y para seguir logrando lo que uno se propone”. Y agregó que “mirando para atrás y basándome en mi historia, estoy en condiciones de afirmar que sentado veo más alto que parado”.
Desde Neuquén a Buenos Aires en silla de ruedas
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