«El fin del conflicto en Siria exige una solución política. No hay solución militar, no nos hacemos ilusiones sobre ello», dijo Kerry en una conferencia de prensa junto a su homólogo británico, William Hague. «Estados Unidos, el presidente (Barack) Obama, yo mismo y otros, estamos de acuerdo» en eso, precisó Kerry. Kerry abogó de todos modos por responder al régimen de Bashar al Asad por haber supuestamente atacado con armas químicas a civiles el 21 de agosto cerca de Damasco. «¿Qué vamos a hacer? ¿Darnos la vuelta? ¿Guardar un minuto de silencio?», se preguntó Kerry, que no mostró ninguna duda sobre la responsabilidad del ataque de agosto. «Bashar al Asad, Maher al Asad, su hermano, y un general son las tres personas que tienen el control del transporte y el uso de armas químicas», explicó el jefe de la diplomacia estadounidense. «Seguro» que Al Asad podría detener un ataque. «Podría entregar a la comunidad internacional hasta la última de sus armas químicas en la próxima semana», dijo Kerry. «Entregarlas, sin demora y permitir un recuento completo y total», precisó, antes de asegurar: «pero no va a hacerlo y no se puede hacer». «El riesgo de no actuar es mayor que el de actuar», sentenció Kerry, negando que el caso de Siria guarde parecido con el Irak en 2003. Estados Unidos, Gran Bretaña y otros aliados invadieron Irak en 2003 argumentando que el régimen de Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva de las que nunca hallaron rastro. En esta ocasión, el parlamento británico se pronunció contra un ataque a Siria y Hague ofreció «pleno apoyo diplomático» a Kerry. Por su parte, Asad y su aliado Rusia advirtieron de las consecuencias de un ataque. «Prepárense para todo», dijo Asad en una entrevista con la cadena estadounidense CBS. «El gobierno (sirio) no es el único actor de la región. Hay diferentes partes, diferentes facciones, diferentes ideologías», añadió. En Moscú, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, el principal aliado de Al Asad, advirtió que un ataque occidental contra Damasco desencadenaría una «explosión del terrorismo» en la región y una nueva ola de refugiados, y aseguró que Siria está abierta a entablar negociaciones de paz, tras entrevistarse con su par sirio Walid al Mualem. «La posibilidad de una solución política sigue en pie», dijo Lavrov tras la reunión sostenida en Moscú. «Estamos dispuestos a participar en una reunión en Ginebra sin condiciones previas», asintió Al Mualem, aludiendo a la conferencia de paz que propusieron en mayo Estados Unidos y Rusia y que quedó en nada por culpa de la tensión entre estos dos países. «También estamos dispuestos a dialogar con todas las fuerzas políticas para restablecer la paz en nuestro país», añadió el canciller. Consciente de que la credibilidad de Estados Unidos y la suya están en juego, el presidente Barack Obama tiene que lanzar una ofensiva en todos los frentes para tratar de convencer a demócratas y republicanos de la necesidad de responder militarmente a Siria. La votación en el Senado de una resolución autorizando el uso de la fuerza -que ya fue adoptada en una comisión- empezará formalmente el martes y la primera votación importante podría tener lugar el miércoles. La Cámara de representantes no ha dado fechas precisas y se limitó a informar que la votación tendrá lugar en las próximas dos semanas. Un sondeo nacional mostró que seis de cada 10 estadounidenses se oponen a que el Congreso autorice el ataque y siete de cada diez piensan que no se conseguiría nada significativo. Obama concecederá seis entrevistas a las principales cadenas de televisión que serán difundidas este lunes por la noche. El martes, tambien por la noche, se dirigirá al país desde la Casa Blanca.
EEUU cree en una solución política para Siria
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