El Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Morón resolvió que el sacerdote Julio Grassi cumpla su detención en forma inmediata en la Unidad Penal 39 de Ituzaingó. «Siendo clérigo, lo correcto para que siga su ministerio es que sea alojado en esa dependencia, que está dentro de la Diócesis de Morón», argumentaron los magistrados, en voto unánime.
El anunció se realizó tras una audiencia realizada esta tarde en la que las partes hicieron sus exposiciones ante el Tribunal. Previamente, los jueces habían rechazado sendas presentaciones de recusación y nulidad presentadas por la defensa de Grassi.
El sacerdote está condenado -aunque permaneció en libertad- desde 2009, y la decisión del Tribunal sobrevino luego de que su pena fuese confirmada por la Cámara de Casación Bonaerense y la Suprema Corte de la provincia.
El 10 de junio de 2009 el Tribunal Oral Criminal 1 de Morón condenó a 15 años a Grassi por «abuso sexual agravado por resultar sacerdote, encargado de la educación y de la guarda del menor víctima, reiterado, dos hechos, en concurso real entre sí, que a su vez concurren formalmente con corrupción de menores agravada».
La audiencia clave
En primer termino tomaron la palabra el fiscal Alejando Varela y los abogados Sergio Piris y Juan Pablo Gallego. Todos reiteraron el pedido de «inmediata detención» del sacerdote, argumentando que existe «peligro de fuga» y que además incumplió las normas que se le habían establecido al ser condenado a cambio de su libertad.
«Debo decir con la confianza que me merecen estos jueces, que siento vergüenza ante la sociedad, vergüenza que continúe libre por delitos por los que fue condenado. Para la sociedad, parece que estamos dando una imagen de que tenemos miedo. Se lo ha dejado vivir enfrente de donde se cometieron los hechos», afirmó Varela al momento de tomar la palabra.
Por su parte, Piris, abogado de la víctima, aseguró: «Es un abusador de menores. Confirmado por el máximo tribunal de la Provincia de Buenos Aires. Este es un caso en que está vulnerado el principio de igualdad. ¿Cuántas personas condenadas a 15 años de prisión están libres?». Además, agregó: «Los pedófilos como Grassi tienen que estar en una cárcel común. Basta de privilegios. Señores jueces, tienen que estar a la altura de las circunstancias, como es el caso que nos ocupa. Piensen en la víctima, que no pudo cerrar este capítulo negro en su vida».
Luego, habló Grassi. El sacerdote replicó las acusaciones, sostuvo que la causa en su contra «fue armada» e hizo un paralelo con el caso Candela. «¿Quién mató a Candela? Nadie. Armaron una causa igual que la que me armaron a mí», señaló Grassi al respecto.
«No tengo ninguna cuenta bancaria, es mentira que me disfracé de Papa Noel (para entrar a la fundación), siempre cumplí estrictamente las medidas. El fiscal quiere engañar a ustedes y a la sociedad», agregó el sacerdote.
Sobre la acusación de pedofilia también mencionada por los abogados, afirmó: «El que me llama pedófilo, que se haga cargo de eso. Lo dice la pericia, no tengo los rasgos de un abusador sexual. Se lo van introduciendo a la sociedad como se fueran verdades».
La semana pasada, la Suprema Corte bonaerense confirmó una pena de 15 años contra Grassi por abuso sexual. Tras el fallo, la Cámara de Casación ratificó una orden de detención en su contra. Ahora, el Tribunal Oral 1 deberá definir cuándo se realizará la aprehensión del imputado.
De confirmarse la prisión, una nueva polémica llegará al expediente. Es que el letrado aseguró que de acuerdo a los cálculos de la defensa «la pena ya está agotada», porque los últimos meses en los que Grassi estuvo con una libertad especial deben contarse como parte del cumplimiento de la condena