La reunión fue ayer a la mañana, en un salón del segundo piso de la Secretaría de Comercio, y volvió a juntar al cuestionado Guillermo Moreno con representantes de grandes empresas, en este caso exportadoras de cereales. A su lado, estaba Axel Kicillof. Juntos, se supone, son quienes manejan los destinos económicos del país, aun por encima del ministro Hernán Lorenzino. Juntos, también, buscan desesperados que no fracase otro de los inventos del funcionario «honesto»: el blanqueo de capitales, un intrincado atajo que compró Cristina para sumar dólares. «O ponen 500 palos para el Baade o les armo la Junta Nacional de Granos. A mí no me gusta, pero si no queda otra… Es mejor que se ordenen solos. Si hacemos la Junta, ustedes se quedan sin trabajo», dijo –palabras más, palabras menos– Moreno, en una nueva versión del «pongui-pongui», el bautizado método de apriete que el secretario utiliza por canales informales para pedir aportes empresariales al modelo. Según contó una alta fuente a Clarín, «en la reunión había representantes de Cargill, Bunge y Ciara, entre otros». La Junta de Granos es una amenaza que suele menear el Gobierno cada vez que busca presionar a las cerealeras: de volver, este organismo creado en los 30 para regular el mercado –y disuelto en los 90– les quitaría el negocio. El Baade (Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Económico), un bono con vencimiento en 2016 pensado para apuntalar inversiones en YPF, es uno de los instrumentos, junto con el Cedin del mercado inmobiliario, que Moreno lanzó a mediados de julio para sumar dólares a las desgastadas reservas del Banco Central. El objetivo: juntar unos 4.000 millones verdes. Clarín contó el domingo que, a una semana del cierre del plazo original del blanqueo (este lunes 30), se habían operado apenas 154 millones por el Cedin. «Moreno busca una excusa para prorrogar el blanqueo, que es un fracaso. Tiene que llegar a un número razonable de dólares que justifique una prórroga», amplió una fuente a este diario y contó que en la reunión, además de Moreno, Kicillof y los empresarios, había representantes de AFIP, el Banco Central y la Aduana. Los aprietes del secretario a las empresas comenzaron con el lanzamiento mismo de su plan de «exteriorización de capitales». Sobre todo, a aquellos que habían capturado dólares en los últimos años y los habían enviado al extranjero. Por lo que se escuchó ayer en Comercio, la presión no viene funcionando. Fuente: http://www.clarin.com/politica/Nueva-Moreno-cerealeras-conseguir-US_0_998900357.html
Nueva presión y amenaza de Moreno a las cerealeras para conseguir US$ 500 millones
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