Una mujer pidió un remís y se encontró con el autor del homicidio de su hijo en un accidente ocurrido en 2008, nada menos que al volante del auto que la llevaría al médico. La incómoda situación la vivió Graciela Bodroy, quien luego de años de lucha para que se haga justicia consiguió en mayo pasado que José Luis Cabrera fuera condenado a 3 años de prisión en suspenso, e inhabilitado para conducir por ocho años. Cabrera manejaba el colectivo que encerró y mató al hijo de Graciela, Eduardo MIranda, de 27 años, quien circulaba a bordo de su bicicleta por las calles de Moreno, en la provincia de Buenos Aires. Según el relato, el chofer quiso evitar un lomo de burro e impactó contra el joven. «Fue un camino larguísimo conseguir que esta persona, responsable sin dudas de la muerte de mi hijo, llegue a estar sentado en una sala de juicio, y más aún que lo condenen por homicidio culposo, y cuando creímos que tendríamos un poco de justicia, descubro de esta forma que sigue manejando, ahora un remís, y a nadie le importa», se quejó la mujer. Una desagradable sorpresa se llevó al subir al coche que la llevaría a realizar algunos trámites en la salita del barrio, donde se atiende por problemas de salud. Apenas ingresó al vehículo, pudo advertir que el que manejaba era nada menos que el asesino de su hijo. Suelto y al volante. «Cuando lo vi a Cabrera adentro del auto, no lo podía creer. Me descompuse, me bajó la presión. No pude decir nada. Él no se dio cuenta quién era yo. Bajé en la salita, y me tuvieron que atender de urgencia. Estuve algunas horas, vino mi familia. Recién en ese momento les pude contar lo que me había pasado. Sigo sin poder creerlo, muy triste con la justicia», se lamentó Graciela en diálogo con Diario Popular. Cabrera fue sentenciado en mayo pasado a tres años de prisión en suspenso y ocho años de inhabilitación para manejar por el homicidio culposo de Eduardo, luego de las dos audiencias que se llevaron a cabo en el Tribunal Oral Criminal 9 del departamento de Mercedes. Lo que no sabía Graciela era que una apelación del hombre que mató a su hijo le alcanzaría para seguir libre. Y manejando. «El fiscal había pedido 5 y 10 años, pero los jueces determinaron que la condena sería de unos años menos. Nos fuimos de allí creyendo que esta persona no manejaría en los próximos 8 años. Lamentablemente nos equivocamos», dijo la mujer. Una de las hijas de Graciela, enterada de lo ocurrido, fue a la remisería con su marido para comprobar que lo que decía su madre era cierto, que el asesino de su hermano andaba suelto y manejaba un remís. «Lo siguieron y verificaron que subió a otro pasajero. Filmaron todo eso. Mi yerno, cuando el pasajero estaba descendiendo, se acercó para pedirle explicaciones. Pero este hombre arrancó y casi lo mata. Cayó al piso y se lastimó todo. Ahora está con anti-inflamatorios y calmantes», Luego del episodio, ya recompuesta del pico de presión que le dio, la mujer necesitaba explicaciones, así es que fue a la fiscalía de Moreno, a contar lo que le había pasado y que Cabrera, condenado, maneja un remís. «Me dijeron que la condena había sido apelada por su defensa, y que se aguardaba la confirmación de la sentencia. Mientras tanto, no pueden hacer nada. Es un dolor muy grande», contó. .
fuente > Infobae.com