Ni una sola palabra de amor. Así como sucedió con los diez mensajes telefónicos que María Teresa le dejó en el contestador a su esposo, Enrique, recriminándole distintos asuntos de pareja, y sin recibir ningunarespuesta «cariñosa» de su marido, con esa misma premisa el humoristaClaudio Rico realizó una idéntica parodia, en la que sus protagonistas fueronla presidente Cristina Kirchner y el gobernador bonaerense, Daniel Scioli.
Los mensajes de la mandataria, que para algunos podrán ser consideradoscomo desopilantes y para otros no menos polémicos, son guiños respecto delkirchnerismo cuando se encontraba definiendo a su principal candidato a diputado nacional, de cara a las elecciones internas, que recopila con humor e ironía Rico.
«Hola Daniel. Habla Cristina Elisabet, llamame por favor», comienza lacadena de mensajes que le deja la jefa de Estado en el contestador automáticodel gobernador. «Quedaste en venir a la Rosada a las 9, te llamé 9 y cuarto.Son 9 y media. ¿Qué tengo que hacer? No te hagas… ¿Querés la coparticipación?Hasta cuándo tengo que esperar. Por favor. Me llamás, no hagas esto. Yo no mesiento bien. No ves que tengo el síndrome de Hubris», se la escucha decir a lamandataria, sobre una información que difundió el periodista del canal denoticias TN Nelson Castro y que el propio Scioli se encargó de desmentir por esa misma señal.
Recreando a la perfección los tonos y cambios de humor de María Teresaen la figura y voz de «Cristina Elisabet» Kirchner, la parodia seextiende por casi diez minutos, el lapso que dura el corto que dirigió Javier «Niño» Rodríguez.
«Cristina le dejó mensajes aScioli en su contestador antes de definirse por ella o por Massa. Muy parecidoa lo de María Teresa y Enrique, no?», escribió el humorista para acompañar elaudio que subió en su cuenta de Facebook.
Recordando la supuesta indefinición de Scioli en la carrera por las elecciones legislativas, sus contactos con el hoy rival Sergio Massa, la tirantez y los momentos de tensión vividos entre ambas figuras del oficialismo, Rico recreó un reproche imaginario de la mandataria: «¡Dale, atendé el teléfono! ¿Por qué no te dejás de mentir? ¡Tibio! Sino, tirate adentro de una lancha que es lo mejor que podés hacer».
«Lamentablemente, siempre hablo con un aparato. Como cuando hablo convos, hablo sola. Y encima vos no tenés aparato. Yo sí, jeje», continúa la humorada de la Presidente al mandatario provincial.
El encendido tono de la queja se repite en numerosos pasajes de losllamados: «Daniel, son las 2 y media de la tarde. Necesito hablar con vos.Hablé con la gente. Acá hay otro problema más que surge, por favor llamameporque a mí me van a agarrar ganas de bailar a lo Mauricio (Macri) con estetema de la venta de las bancas y el dólar blue y la puta madre que los parió atodos los peronistas».
«Llámame porque yo no sé qué voy a hacer», insiste lamandataria y sentencia: «Si esto no se resuelve ahora, yo hago desaparecera la Argentina del mapa».
En el final, después de haberle dejado diez mensajes en el contestador automático,tal como hizo María Teresa, Daniel se digna a atender el teléfono y con desgano le dice ala Presidente: «Estaba durmiendo (disculpame, no sabía, le contesta Cristina).No, no, estaba durmiendo a Massa».