Según lo informado por el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro, la presidenta Cristina Fernández presenta un cuadro de «colección subdural crónica». El sitio online de la Biblioteca Nacional de los Estados Unidos lo define como «una acumulación ‘vieja’ de sangre y de productos de la descomposición de la sangre localizada entre la superficie del cerebro y su capa más exterior (duramadre). La fase crónica de un hematoma subdural comienza varias semanas después del primer sangrado».
Consultado por Tiempo Argentino, el doctor Carlos Tajer, jefe de Cardiología del Hospital El Cruce de Florencio Varela, explicó: «La colección subdural es traumática.» Tajer aclara que «no existe causa cardíaca para tener una colección subdural, es producto de un golpe, el cual pudo haber sido en este caso reciente si es que le hicieron una tomografía.»
El especialista aludía al hecho de que el 12 de agosto la presidenta sufrió un traumatismo de cráneo. Por ese motivo se le realizó una tomografía computada de cerebro que dio resultado positivo. El seguimiento médico determinó que luego no tuvo síntomas. «Tuvo que haber sido un golpe importante, por eso se hizo una tomografía», dedujo el doctor Tajer. «En estos casos que son traumáticos los problemas pueden aparecer horas después. Por eso es común, cuando uno pierde el conocimiento por un golpe, que quede internado en observación durante 24 horas. El sangrado puede suceder en dos tiempos y es necesario hacer un seguimiento.»
Con respecto a la arritmia, el especialista del Hospital El Cruce señaló: «Como la presidenta es una pacienta tratada con hormonas –a partir de que se le extrajeron las tiroides recibe, digamos, hormonas sustitutivas–, esto puede precipitar alguna arritmia por un exceso.» En ese caso los especialistas se encargan de regular la dosis. De todos modos, esto no sería un problema importante. «No parece ser significativa si la presidenta se vuelve a su casa.»
En la misma línea se expresó el médico cirujano Fernando Iglesia: «Los hematomas subdurales ocurren cuando se junta sangre en espacio subdural, entre la duramadre y la piamadre, dos de las capas que recubren el cerebro, y los síntomas aparecen entre la semana y el mes desde que se produjo el traumatismo. Generalmente, se dan en gente adulta que tiene un traumatismo leve», completó el cirujano.
El doctor Claudio Waisburg, especialista del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO), atendió a este diario y con palabras simples explicó: «En general, son consecuencia de un traumatismo remoto, que no compromete en definitiva ningún funcionamiento; es como si fuera un sangrado pequeño.» Coincidió en que «es más común en personas de 70, 80 años, como consecuencia de eventos que tal vez ni hayan notado.»
¿Tiene tratamiento? «No, no lo tiene. El reposo es para evitar que el paciente se vuelva a dar un golpe. Si la persona está en actividad, como consecuencia de esa actividad puede volver a golpearse. Obviamente durante el reposo hay un seguimiento para ver la evolución, ver que no tenga un crecimiento que amerite alguna otra conducta.» Un tratamiento alternativo sería una intervención quirúrgica. Pero «en principio, si queda estable no tiene tratamiento más que el control», dice Waisburg.
¿Puede tener complicaciones? «Tiene que ver con la localización, el tamaño, la cantidad, hay que ver cada situación en particular. Puede tener alguna sintomatología como cefaleas, pero generalmente no tiene complicaciones.»